vitoria. Un pacto histórico que permita asentar el suelo económico en el escenario de crisis que atraviesa Euskadi. Con la vista puesta en este objetivo, Iñigo Urkullu se afanará desde hoy en contactar con los diferentes representantes políticos e institucionales buscando una alianza que se prevé ardua a tenor de los discursos procedentes de la oposición. El lehendakari se dirigirá a sus potenciales interlocutores para establecer las citas en función de la disponibilidad de sus agendas. Su intención es convocar una doble mesa en Ajuria Enea en la que, por una parte, se sentarían los tres diputados generales y la presidencia de Eudel, y, por otra, los máximos dirigentes de los partidos políticos con representación parlamentaria. Las diferentes formaciones han confirmado que acudirán a sus respectivas reuniones, aunque ya han mostrado serias dudas de que el desenlace final sea feliz. El PNV, a través del presidente de ABB Xabier Agirre, insistió ayer en apelar a la responsabilidad de los partidos políticos, pidiendo al resto de fuerzas "un esfuerzo de superación" y que "dejen viejas vendettas en un rincón" por el bien de los ciudadanos vascos.

Agirre recordó a las formaciones políticas que el PNV "asume la derrota parlamentaria" en la retirada del proyecto de Presupuestos, pero que una cosa es "dar un revolcón al PNV y otra dárselo al país". "Espero que alcancemos un acuerdo por el bien del país porque no se trata ni del bien del PNV ni del Gobierno, sino del país", insistió el dirigente jeltzale, quien también se refirió a las diferencias manifestadas entre PSE y PP, y que podrían afectar a una futura entente. Reconoció que "esas relaciones probablemente no pasan por su mejor momento, pero tampoco con el PNV", por lo que "todos los partidos deben hacer un esfuerzo de superación y ponerse a lo que nos piden los ciudadanos, que es intentar, por lo menos, aliviar las consecuencias de esta crisis e intentar fomentar el empleo".

Entre los compromisos planteados por el lehendakari se encuentran la reforma fiscal, incluyendo el IRPF y el impuesto de sociedades, y nuevos impuestos en sectores como el juego; la creación de una comisión contra el fraude y agilizar el intercambio de datos entre las instituciones; la gestación de un fondo extraordinario para la reactivación económica, dotado de 200 millones de euros y que se destinará a investigación y desarrollo -y de un fondo de solidaridad para el empleo, dotado de 40 millones, cuyo objetivo será incentivar la contratación de parados de larga duración y receptores de la renta de garantía de ingresos (RGI)-; la aprobación de un plan de apoyo para autónomos y pequeñas empresas, y la reforma y reestructuración del sector público vasco, que permitirá reducirlo en un 25% esta legislatura. Además, Iñigo Urkullu comparecerá el próximo jueves en el Parlamento Vasco a petición de EH Bildu para explicar el calendario legislativo previsto por su Ejecutivo para el actual mandato.

reticencias socialistas Con este horizonte, el PSE volvió a mostrar sus recelos a través del secretario de Organización Rodolfo Ares, quien afirmó que acudirán "con la voluntad de aportar soluciones" pero con la sensación de que el lehendakari emplea "una política de photocall que no es la más eficiente" para sellar pactos. En declaraciones a la Cadena Ser, Ares señaló que "es a Urkullu y a su Gobierno a quienes corresponde concretar medidas para alcanzar ese gran pacto que dicen querer explorar". El PSE propondrá un "gran pacto" para incentivar la economía y crear empleo, defender los servicios públicos y "hacerlos más eficientes", que aborde la reforma del entramado institucional y logre una fiscalidad más justa y progresiva y luche contra el fraude.

El dirigente socialista desbrozó que el PNV "tiene que optar por qué camino desea transitar, si por el de recortes y más recortes del PP, o por el de abordar los grandes cambios que necesita el país". En su opinión, resulta "evidente" que lo que defiende el PSE es "absolutamente incompatible" con las pretensiones del PP, que "se fue del Gobierno vasco" en su día "porque estaban defendiendo los recortes de Rajoy".

El secretario general del PP en la CAV, Iñaki Oyarzábal, anunció en declaraciones a Europa Press que su partido acudirá al emplazamiento aunque la iniciativa constituye "un déjà vu" de la ronda desarrollada a finales del pasado año. "Es como si hubiéramos tenido cinco meses perdidos. Nosotros vamos con una disposición abierta, a escuchar y trasladarle nuestra visión del momento político y económico, pero lo más importante es saber con qué disposición abre esta ronda", relató.

bildu lo ve lejano También se pronunció ayer EH Bildu, desvelando que acudirá a la ronda pero a sabiendas de que "las posibilidades para conseguir acuerdos son remotas", puesto que la coalición soberanista y el PNV defienden modelos "contrapuestos". Así lo corroboraron en Donostia sus portavoces Pello Urizar y Oskar Matute, quienes criticaron a Urkullu porque "en contra de lo que reclama la mayoría social vasca, está buscando el apoyo del PSE y PP y fundamentando sus propuestas en la aceptación de las medidas que han llevado a la crisis y las políticas fracasadas". "No vamos a engañar a la sociedad con juegos de salón o falsas esperanzas. EH Bildu plantea un acuerdo de país para hacer frente a la lógica de la austeridad y el recorte que nos lleva al desastre económico y social", sostuvieron.

A su entender, el lehendakari "busca ganar tiempo para esquivar su responsabilidad, poniendo así de relieve su incapacidad y falta de voluntad". La coalición augura que los jeltzales "toquen a medio plazo la puerta del PSE, un partido que intenta subir su cotización en este proceso mientras escenifica una gresca con el PP, hasta hace poso su socio en un Gobierno que no representaba la realidad sociopolítica de Euskadi". El parlamentario de UPyD Gorka Maneiro aseguró que las medidas que Urkullu tiene previsto transmitir "suenan bien, aunque son insuficientes. Iremos porque es el momento de arrimar el hombro".