Euskadi, Álava y el PNV saldaron ayer una cuenta pendiente con la memoria de Luis Álava Sautu, expresidente del Araba Buru Batzar que fue fusilado por las tropas franquistas por activar una red de evacuación de perseguidos políticos y de información a las filas aliadas. Su nombre figura desde hace 70 años en la lista de héroes que quebraron las líneas del poder antidemocrático establecido con muestras de arrojo que en algunos casos, como sucedió con este alavés de Murgia, les costó el alto precio de su propia vida.

Hasta su localidad natal viajó ayer una nutrida representación de dirigentes jeltzales y familiares para comenzar una emocionante jornada con la ofrenda floral en la tumba donde descansan los restos mortales de Álava Sautu. Sus verdugos permitieron hace siete décadas que la familia trasladara al camposanto de Murgia el cadáver cosido a balazos tras un juicio en el que se declaró al expresidente del ABB culpable de un delito de "adhesión a la rebelión".

Así lo recordó el actual líder de la cúpula del PNV en Álava, Xabier Agirre, en el segundo acto de la mañana que tuvo lugar en el batzoki gasteiztarra de Erdialdea, donde también participaron numerosas personalidades jeltzales como el ex senador y veterano dirigente nacionalista Iñaki Anasagasti; la consejera de Transportes, Ana Oregi; la eurodiputada Izaskun Bilbao, o una amplia representación local encabezada por el portavoz del partido en el Ayuntamiento de Vitoria y su número dos, Gorka Urtaran y Álvaro Iturritxa; y el portavoz en las Juntas Generales de Álava, Ramiro González.

Todos ellos arroparon con su presencia a los familiares de Álava Sautu que durante estos años han mantenido viva su memoria apoyados por la recopilación de datos históricos a cargo de autores como Juan Carlos Jiménez de Aberasturi y Rafael Moreno Izquierdo en su libro Al servicio del Estado.

Durante unos instantes, los asistentes al batzoki de la plaza Santa Bárbara olvidaron las vicisitudes del siglo XXI, estrechamente ligadas a la crisis y la falta de empleo, y viajaron hasta la Euskadi acotada por la primera etapa de la dictadura franquista, mientras de forma paralela en Europa se desataba la segunda Guerra Mundial.

Este cambio de escenario temporal fue posible gracias a un vídeo que a lo largo de un cuarto de hora repasó con detalle la época en la que Luis Álava Sautu viajó desde su tierra natal hasta Madrid para formarse como ingeniero agrónomo y químico. Fue allí, en la capital española, donde sus inquietudes políticas le derivaron en la decisión de afiliarse al PNV.

Este es el punto de partida en la nueva etapa de la vida de Álava Sautu, una militancia política que durante la República le llevó a participar en las elecciones y que, culminada la Guerra Civil y con el general Franco en el poder, mutó la identidad de este alavés en pseudónimos como Vicente, Victorino o Venancio con los que durante años esquivó a las autoridades franquistas. Sus coetáneos recuerdan cómo la que fue conocida como Red Álava -bautizada con el nombre de su precursor- permitió a muchos perseguidos políticos huir a tierras francesas del asedio franquista.

Álava Sautu no huyó. Se quedó en su tierra. La misma donde un 5 de mayo de 1943 escuchó la sentencia del tribunal que le condenaba a muerte. Un día después, hace hoy 70 años, la mortal andanada del pelotón de fusilamiento acabó con el ser humano y alumbró el recuerdo del héroe.

en la memoria La participación del periodista Gorka Landaburu en el homenaje tributado al expresidente del ABB no fue casual. El director de Aldaketa 16 escuchó este nombre desde su más tierna infancia por los pasillos de su casa parisina, no en vano gracias a la Red Álava Francisco Javier Landaburu, padre del periodista, logró atravesar la frontera y esquivar una muerte segura de haber continuado en territorio estatal.

Landaburu trasladó ayer a los presentes la "necesidad" de "recordar la memoria de la Guerra Civil, de los años del franquismo y de la más reciente", en alusión a la violencia terrorista y su reciente final. Además, matizó que es muy recomendable "pasar página, pero leerla antes de pasarla".

El homenaje de ayer, además de contar con un claro protagonista, también fue un recuerdo conjunto a destacados dirigentes jeltzales de Álava que por un motivo u otro han tenido un especial peso en pasajes recientes de este país. No quiso desaprovechar la ocasión de ponerlo de manifiesto el dirigente jeltzale Iñaki Anasagasti, quien en el uso de la palabra mencionó a algunos de estos nombres que investigadores como él han rescatado del olvido y que ya forman parte de la historia.