Vitoria. El lehendakari, Iñigo Urkullu, abrirá las puertas de Ajuria Enea a la clase institucional y política vasca con el objetivo de alcanzar un acuerdo que sirva para asentar el "suelo económico" y superar la crisis que desde hace un lustro asedia Euskadi. A través de seis puntos en los que se abordan cambios en la fiscalidad y medidas concretas para impulsar la reactivación económica y fomentar el empleo, la hoja de ruta planteada por el jefe del Ejecutivo autonómico y dotada con 245 millones de euros no se limita a PSE y PP, con quienes el Gobierno Vasco busca "pactos de estabilidad" que encaucen la legislatura, sino que amplía el abanico de destinatarios a todos los partidos con representación parlamentaria.

Urkullu no quiere que la patente falta de sintonía que ha imposibilitado la consecución de los Presupuestos vascos se repita en una época donde las alianzas son herramientas imprescindibles para alterar la trayectoria de los adversos indicadores económicos.

Y el camino elegido recuerda a épocas pasadas donde la suma en lugar de la resta y la unión por encima de intereses partidistas lograron variar el rumbo de los acontecimientos. Así, de igual modo que en 1977 los Pactos de la Moncloa cimentaron en plena transición la senda socioeconómica a seguir desde entonces, o tal y como una década más tarde la Mesa de Ajuria Enea alineó a las fuerzas vascas en contra de la violencia terrorista, el lehendakari pretende ahora emular en un plazo de dos semanas estos hitos del entendimiento entre diferentes con planteamientos que motiven a todas las formaciones para remar en la misma dirección con la meta común de superar la crisis.

Con la izquierda abertzale A diferencia de los citados pactos históricos acometidos en Madrid y Euskadi, esta vez la izquierda aber-tzale sí estará presente, al menos de inicio, junto a las demás formaciones políticas y, además, por partida doble.

El diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, participará en el encuentro reservado a los representantes institucionales junto a sus homólogos vizcaíno y alavés, quienes compartirán espacio con la presidenta de la Asociación de Municipios Vascos Eudel; mientras que una representación de EH Bildu encabezada por su portavoz en el Parlamento Vasco, Laura Mintegi, asistirá al encuentro destinado a los partidos presentes en la Cámara vasca. Ésa es la intención de la coalición soberanista, según aseguró la propia dirigente abertzale tras la conclusión del Pleno legislativo, quien criticó el plan propuesto por Urkullu por la "falta de novedades", pero que, sin embargo, avanzó que asistirán a Ajuria Enea si el jefe del Ejecutivo autonómico les convoca.

Por su parte, PSE y PP seguirán este mismo camino y se darán cita en la residencia oficial del lehendakari, mientras que UPyD desvelará hoy su postura en una rueda de prensa.

Relaciones parlamentarias La propuesta que el lehendakari lanzó desde el atril parlamentario supuso el colofón de un Pleno encabezado por la comparecencia a petición propia del propio Urkullu. Cinco meses después de tomar las riendas del Gobierno Vasco y tras fracasar en su intento de lograr el plácet legislativo para sacar adelante las que debían ser sus primeras cuentas de la legislatura, el lehendakari conoció ayer lo que le espera en septiembre, cuando le toque enfrentarse a su primer debate de Política General para dar cuenta de la gestión anual.

Y es que la sesión de ayer se asemejó más a la acumulación de críticas que todos y cada uno de los jefes de Ejecutivo asumen desde las bancadas opositoras en esa sesión anual que a una comparecencia destinada a presentar el programa de gobierno. La oposición compartió la exigencia a Urkullu para que con mayores esfuerzos apure los intentos en la búsqueda de aliados que palíen su condición minoritaria en la Cámara vasca y, además, le afearon insistentemente por no lograrlo en la primera prueba de fuego que fue la negociación de los Presupuestos.

Pero las respectivas bancadas del Legislativo vasco también coincidieron en valorar que todavía hay tiempo para enderezar el camino del diálogo y fraguar acuerdos. Una senda en la que PSE y PP están llamados a jugar un papel determinante como destinatarios de la oferta del Gobierno Vasco para sellar "pactos de estabilidad" que, según las previsiones que maneja el PNV, todavía tardarán en llegar. Aún así, en este escenario preliminar, ayer se encontraron con su primer gran escollo al rechazar Patxi López, el secretario general del PSE y uno de los candidatos a suceder a Alfredo Pérez Rubalcaba al frente del PSOE, un pacto con los "abanderados de los recortes", como adjetivó el líder socialista al otrora socio preferente de su Ejecutivo.