Roma. El hasta ahora vicesecretario del Partido Demócrata (PD), Enrico Letta, asumió ayer el cargo de jefe del Ejecutivo italiano y presentó la lista de los ministros de su Gobierno de unidad, con el que se espera que Italia ponga fin a dos meses de bloqueo político tras las elecciones de febrero pasado.

Con 21 ministros, entre los que figuran tanto miembros del Partido Demócrata como del conservador Pueblo de la Libertad (PDL) de Silvio Berlusconi y de Elección Cívica de Mario Monti, este gabinete supone además una "renovación generacional" con respecto a sus predecesores y cuenta con un "fuerte presencia femenina", con siete mujeres.

Letta, de 46 años y que mostró su "sobria satisfacción", quiso hacer hincapié en esos dos elementos durante su comparecencia ante los medios, tras anunciar que ponía fin a las reservas con las que había aceptado el pasado miércoles el encargo de intentar formar Gobierno que le hizo el jefe del Estado italiano, Giorgio Napolitano.

El presidente de la República aseguró, por su parte, que este es el único Gobierno posible para el país y defendió que se trata de un "Ejecutivo político" formado dentro del marco institucional italiano y siguiendo la "praxis" de la democracia parlamentaria.

Entre los elegidos por Letta para formar parte de su gabinete no faltan las sorpresas, tampoco personalidades con una sólida trayectoria política y otras de marcado perfil técnico, mientras que han quedado fuera algunos nombres barajados hasta ahora como los de los ex primeros ministros Giuliano Amato y Massimo D'Alema.

El Ministerio de Economía, para el que el propio Berlusconi se había propuesto en más de una ocasión y para el que se había barajado incluso el nombre de Monti, ha recaído finalmente en Fabrizio Saccomani, de 70 años y hasta ahora director general del Banco de Italia.

El departamento de Trabajo fue encargado a otra persona de perfil técnico, Enrico Giovannini, de 56 años, quien desarrolló su carrera al frente del Instituto Nacional de Estadística italiano (ISTAT).

Rostro conocido en exteriores Para Exteriores, Letta ha confiado en la excomisaria europea Emma Bonino, de 65 años, activista a favor de los derechos humanos, con amplia proyección internacional.

Para la vicepresidencia y la cartera de Interior se ha decantado por Angelino Alfano, de 42 años, considerado el delfín político de Berlusconi y que ya ocupó la cartera de Justicia con Il Cavaliere, promoviendo medidas polémicas al considerarse que favorecían al empresario en los juicios que tiene abiertos.

En el Ejecutivo de Letta también han tienen su espacio dos exponentes del Gobierno tecnócrata de Monti: la hasta ahora ministra de Interior, Anna Maria Cancellieri, y el titular de Asuntos para la Unión Europea, Enzo Moavero Milanese. Cancellieri, de 70 años y que sonó como candidata para suceder a Napolitano como presidenta de la República, pasará a ocupar el departamento de Justicia, mientras Moavero repetirá en Asuntos Europeos.

Del partido Elección Cívica, con el que Monti entró en política el pasado enero, formará parte del nuevo Gobierno Mario Mauro, de 52 años y que encabezará el Ministerio de Defensa, mientras que Maurizio Lupi del PDL estará al frente del departamento de Transportes e Infraestructuras.

Sorpresas Entre las sorpresas de este Ejecutivo están Josefa Idem, de 49 años y medalla de oro olímpica de canoa en Londres, designada titular sin cartera para la Igualdad de Oportunidades, Deportes y Política Juvenil, y Cecile Kyenge, oculista de 49 años nacida en la República Democrática del Congo y que es la primera ministra negra en Italia, al ocupar el departamento de Integración.

Con la presentación de su equipo de Gobierno, Letta, que hoy jurará el cargo a partir de las 11.30 horas al igual que sus ministros, ha superado un primer escollo, que parecía hasta ahora insalvable ante los continuos vetos que han caracterizado los encuentros entre las formaciones con representación parlamentaria en las últimas semanas. Ahora deberá acudir al Parlamento para pedir la confianza de ambas cámaras para lograr su investidura y permitir así que su Gobierno comience oficialmente su andadura.