madrid. La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha acusado de colaboración con ETA a los dos mandos policiales procesados por el caso Faisán -el exjefe superior de Policía del País Vasco Enrique Pamiés y el exinspector de la Brigada de Información de Álava José María Ballesteros- por orden expresa del fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce. En su escrito de acusación por el supuesto chivatazo a ETA, el fiscal Carlos Bautista pide dos años de cárcel para Pamiés por revelación de secretos "y, alternativamente," cinco años de prisión por colaboración con banda armada; mientras que para Ballesteros pide un año y medio por la revelación de secretos y, "alternativamente", otros cinco por colaboración.
Bautista destaca en su escrito que la acusación por el delito de colaboración la hace por orden expresa de Torres-Dulce según lo dispuesto en el artículo 25, párrafo 1, del Estatuto Fiscal, ya que siempre ha defendido que el chivatazo únicamente constituye un delito de revelación de secretos con grave daño para la causa pública. Según ese artículo, el fiscal general podrá impartir a sus subordinados las órdenes e instrucciones convenientes al servicio y al ejercicio de las funciones, tanto de carácter general como referidas a asuntos específicos.
El juez Pablo Ruz procesó a ambos por colaboración con banda armada y revelación de secretos, aunque la Audiencia Nacional ya indicó que los delitos quedaban por concretar hasta que calificaran las acusaciones: Fiscalía, el PP, Asociación Víctimas del Terrorismo y Dignidad y Justicia. El juez, al dictar el procesamiento de ambos ex altos cargos policiales, consideró que en el procedimiento "aparecen motivos bastantes" para imputarles colaboración terrorista y revelación de secretos, y concluyó, por contra, que no había indicios suficientes para procesar al director general de la Policía Víctor García Hidalgo.