vitoria. "Pues igual sí que se merecen una colleja por la política fiscal que han llevado durante todos estos años", replicaba ayer el parlamentario de EH Bildu, Igor López de Munain, a la jeltzale Miren Josune Gorospe, que había reprochado a la coalición soberanista estar votando "en contra de sus propias ideas para perjudicar al PNV". Y es que, tal y como se preveía, el Parlamento Vasco aprobó -con los votos de PSE, EH Bildu y UPyD- una proposición no de ley de los socialistas en la que se defiende que la Cámara vasca sea el lugar "donde deberá debatirse y acordarse la política fiscal para la CAV, a fin de consensuar la verdadera armonización fiscal". Un texto que puede quedarse en el mero simbolismo -la aprobación de la proposición no de ley no compromete al Gobierno Vasco-, pero que supone una declaración histórica del Legislativo vasco en torno al actual reparto competencial vasco.

El resultado de la votación es un aldabonazo para el PNV, no solo por pretender replantear las prácticas asumidas sobre las competencias forales en la elaboración de la política fiscal -concretamente en torno al papel de las Juntas Generales y el Órgano de Coordinación Tributaria-, sino porque es un síntoma de la complicada situación del Gobierno Vasco en la deriva de la negociación presupuestaria por la disconformidad de PSE y EH Bildu en torno al capítulo de ingresos. "No voy a entrar a valorar los Presupuestos, ya que no toca, pero sí diré que los ingresos y las políticas de ingresos fiscales son puramente ideológicos", sentenció López de Munain.

Aunque este tema de discusión no es nuevo en la Cámara vasca -el popular Antón Damborenea agradecía con ironía a Txarli Prieto "que nos traiga este debate novedoso una semana más"-, la amenaza en el horizonte próximo del viernes 26 de abril de que se pueda certificar una prórroga presupuestaria planeó sobre el debate: "La falta de una política fiscal para Euskadi, abortada en este Parlamento en dos ocasiones por PNV y PP, tiene hoy contra las cuerdas a un Gobierno que no encuentra apoyo para sus Presupuestos porque su falta de previsión y realismo para conseguir y consignar recursos le ha conducido a una infame por antisocial propuesta de recortes", reprochó Prieto.

A partir de ahí, tal como adelantó ayer DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, EH Bildu y UPyD sumaron sus votos a la iniciativa socialista -38 votos frente a los 37 de PNV y PP- para conjurar, esta vez sí, los tres empates que hicieron decaer esta propuesta en el Pleno monográfico de fiscalidad de febrero por un error de cálculo por parte del PSE, que accedió en el último momento a presentar una enmienda transaccional con la coalición soberanista en la que se añadía una salvaguarda del papel de las Juntas Generales. La firma de EH Bildu en el texto a votación desactivó entonces el apoyo de UPyD.

La votación de ayer recoge, en el fondo, un debate que al menos se remonta a finales de 2011, cuando el Gobierno Vasco entonces presidido por Patxi López intentó sin éxito habilitar algún mecanismo en el Parlamento Vasco para que diputaciones, Parlamento, así como Gobierno Vasco, pudieran decidir en el Legislativo eventuales cambios en la fiscalidad vasca. El último tramo de legislatura socialista fue un continuo intento por revisar la fiscalidad, y en definitiva por elevar los ingresos de las arcas vascas, que chocó con la negativa de las diputaciones de Bizkaia y Araba, gobernadas por jeltzales y populares.

Ayer, se reprodujo ese choque, en el que tanto PNV como PP defienden el papel armonizador del Órgano de Coordinación Tributaria y la potestad de las Juntas Generales para definir la política fiscal de cada territorio. "Es necesario demostrar primero que existe una necesidad objetiva de armonizar para luego llevarla a cabo. Y no solo eso, sino que la función armonizadora [que reserva el marco legal a la Cámara vasca] en ningún caso puede suponer el vaciamiento de la competencia foral", recordó la portavoz jeltzale citando al Tribunal Constitucional y la Comisión Arbitral.

Pero las lecturas que hacen unos y otros del terreno de juego definido por Estatuto, Ley de Concierto y Ley de Territorios Históricos es diferente. Así, López de Munain matizó que, respetando la autonomía foral en materia fiscal, "estamos hablando de que el órgano representativo del conjunto de los tres herrialdes, en el que recae el monto más importante del gasto público total del dinero recaudado por las diputaciones forales, debe por lo menos ejercer la coordinación, según las normas que a tal efecto dicta el Parlamento".