Caracas. Luis Trincado (Bilbao, 1958) llegó a Venezuela con apenas unos meses, aunque su militancia política, siempre ligada a la izquierda, arrancó en sus años de estudiante en Iparralde. Como vasco, milita en la ilegalizada ANV. Como venezolano, es secretario de organización de La Causa R, una escisión del partido comunista con más de cuarenta años de historia, y es el representante de esta formación en la Mesa de la Unidad Democrática que lidera Herique Capriles.

¿Qué es lo que une en la MUD a partidos de procedencia tan diversa, desde la izquierda a la derecha?

Nos une el afán democrático. Puede que en la amalgama de estas treinta y seis siglas que integran la coalición haya alguien que añore el pasado, pero sobre todo lo que hay es una apuesta por el futuro para poner fin a 14 años de demagogia, de falsas promesas, del uso del Estado al servicio de una figura mesiánica, de desviaciones corruptas y de un populismo antiimperialista que tanto predicamento en la izquierda europea.

¿Cómo se gesta la candidatura de Capriles?

Tenemos un antecedente importante, unas primarias ganadas por Capriles (del partido de centro-derecha Justicia Primero) en las que participaron nada menos que tres millones de personas. Lo hicieron pese al miedo de figurar como opositor, porque aquí hay una lista que maneja el Estado con los nombres de los opositores que firmaron pidiendo la revocación de Chávez y a los que se ha perseguido de manera sistemática. Una vez que tenemos un candidato elegido democráticamente, llegó la hora de salir a por los votos.

¿Qué ha cambiado del Capriles que perdió en octubre a este que hoy opta a ser elegido presidente?

Hemos corregido errores tácticos, como presentarnos con diferentes papeletas. Ahora hay una tarjeta única y eso nos da más fuerza. Pero también existe un cambio de actitud en el candidato, del que destaco como virtud su capacidad de escuchar y admitir sugerencias y críticas, de conectar con las necesidades de la población, garantizando los avances sociales, pero criticando que el chavismo tiene secuestradas las instituciones. Ha recorrido el país entero y no es un burócrata, a diferencia de Maduro, un hombre de viajes oficiales, hoteles de lujo y corbatas caras.

Pero los avances sociales en la época de Chávez son notables...

Chávez ha sido una fábrica de pobres contentos con su pobreza. ¡Claro que ha mejorado la situación de alguno! Sólo faltaba que con un billón de dólares de ingreso petrolero en 14 años ni siquiera hubiera logrado eso. Pero el chavismo los necesita pobres, para tenerlos subvencionados.

¿Qué le parece el apoyo de la izquierda abertzale al chavismo?

Hay excepciones personales que no citaré para no crearles problemas, pero en la izquierda abertzale se ha optado por el eslogan, se ha ido a lo cómodo, a la pegatina y a la consigna. Se ensalza a un militar que exige veneración, como si fuera una nueva religión. Parece que la izquierda abertzale obvia que el BBVA, la oligarquía de Neguri, reconoció que había entregado un millón de dólares a la campaña de Chávez. O se les olvida que nunca dejó de ser el más confiable proveedor de petróleo a EE.UU. y cómo entregó a refugiados vascos a Aznar para que lo sacaran de la lista de Estados terroristas. Ya está bien de que lo que reclaman allí, una buena educación, sanidad, pensiones dignas, seguro de desempleo, etc. no lo podamos tener nosotros. No somos bananeros. Queremos lo mismo aquí que allí.

Me gustaría que hicieran un ejercicio de imaginación y qué les parecería que, al ir a votar en un colegio electoral de Azpeitia, en su interior el ejército Español y la Guardia Civil te tomaran el DNI, vigilaran el resultado y trasladaran las máquinas de votación y las urnas.

¿Qué pasa si gana Capriles? ¿Y qué sucede si pierde?

Si gana será porque hay un volcamiento masivo y será una victoria tan contundente que las Fuerzas Armadas tendrán que respetar ese resultado. Y si pierde, ya está asimilado que la unidad no es una mera consigna; el Gobierno de Maduro sería débil y su victoria significaría una añoranza de quien ya no está. Capriles es ya una figura y estaría muy bien colocado para convertirse en presidente en el futuro.