Bilbao. Desde que la Ertzaintza detuviera a Ekaitz de Ibero, la izquierda abertzale ha recrudecido sus críticas hacia el departamento de Seguridad y, por extensión, hacia el PNV. Aunque la Policía vasca se limitara a cumplir la orden de arresto que pesaba sobre él por la quema de un autobús, Bildu le acusó de sembrar el "pánico" al detenerlo, a su juicio, haciendo uso de una fuerza innecesaria y en plena calle, en un espacio habilitado por varios jóvenes para mostrar su apoyo a los condenados por pertenencia a Segi. La operación se saldó con varias lesiones por parte de los agentes y de los jóvenes, que trataron de evitar el arresto con una sentada. Sortu llegó a difundir carteles en las redes sociales con la imagen del lehendakari Iñigo Urkullu asegurando que nadie sería perseguido por sus ideas políticas, junto a la instantánea de un herido. El rifirrafe se reprodujo anteayer, cuando el portavoz jeltzale en Donostia, Eneko Goia, era increpado por varias de las personas concentradas en ese punto. Ayer, el portavoz de Sortu, Pernando Barrena, aun sin apoyar esos insultos, quiso quitarles hierro al atribuirlos a la tensión vivida por los jóvenes.

Barrena ofreció su interpretación al acudir a la concentración diaria a favor de los condenados ubicada en el Boulevard donostiarra. "En principio, yo creo que es algo que entra en el ejercicio de la libre expresión en un momento de alta tensión. No podemos olvidar que estamos hablando de ocho personas que están en riesgo más que evidente de ser encarceladas", dijo. Además, quiso ensalzar la "madurez" con la que los condenados habrían respondido a la sentencia, que tildó de "provocación que quiere dificultar el proceso de paz y de normalización política".

Por otra parte, y desde la detención de Ekaitz de Ibero, se han multiplicado las pintadas contra los batzokis. Si anteayer aparecían en Oñati, ayer lo hacían en Gorliz y Altsasu para pedir al partido que "ate a sus perros". Los jeltzales emitieron un comunicado para preguntarse cómo casan "el uso exclusivo de las vías políticas y democráticas con los ataques a la sede de un partido político". No es la primera vez que, a pesar del nuevo tiempo, aparecen pintadas de ese cariz en sedes de partidos o en la cartelería electoral de la CAV, como sucedió en los comicios municipales y forales de 2011. En aquel momento se interpretó que esas actuaciones eran casos aislados, meros vestigios de estrategias pasadas no comparables en intensidad a los ataques de anteriores convocatorias. También hubo rebrotes esporádicos de kale borroka, desautorizados en su momento por la izquierda abertzale.

La consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, aseguró ayer a UPyD en el Parlamento que, aunque se haya eliminado la partida destinada al borrado de pintadas, la Ertzaintza seguirá limpiándolas si el ayuntamiento correspondiente se niega a hacerlo.