madrid. El Congreso de los diputados vivió ayer una sesión complicada debido a un rifirrafe ocurrido entre el presidente de la cámara, Jesús Posada, y el diputado de Esquerra (ERC) Joan Tardà. El motivo fue que este último quiso hablar catalán, esgrimiendo una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que obliga a impartir la clase en español si un alumno lo solicita.
Para protestar, Tardà comenzó su comparecencia en catalán, ante lo que Posada le reprendió y le pidió que "no cree un conflicto innecesario". El diputado insistió y Posada, admitiendo incluso que el argumento podría ser "interesante", acabó echándolo de la tribuna.
El incidente tuvo un epílogo cuando subió a la tribuna el diputado de Amaiur por Navarra, Sabino Cuadra, que comenzó a hablar en euskera para "expresar la solidaridad más plena con Tardá", explicó.