BARCELONA. El Govern no piensa moverse un milímetro de su intención de realizar la consulta soberanista al tratarse de una promesa electoral, anteponiendo el ejercicio del derecho a decidir a la "vaga promesa" de una mejora del sistema de financiación. Así se pronunció ayer el portavoz del Ejecutivo catalán, Francesc Homs, quien subrayó que "sería casi una traición al mandato que nos ha dado el Parlament", relegando una eventual reforma financiera al alegar que las dos precedentes supusieron un fracaso porque no garantizan que Catalunya pueda ofrecer a sus ciudadanos los servicios del Estado de Bienestar acordes con su nivel de riqueza.

Artur Mas detallará hoy sus primeros cien días de mandato en la presente legislatura y cómo transcurrió su reunión con el presidente español Mariano Rajoy, que en ningún momento le expuso una oferta de nueva financiación ni de relajación del límite del déficit. Homs evitó contestar si el Govern estaría dispuesto a negociar esa posible mejora. "Voy a ser muy pesado, nuestra prioridad es la consulta soberanista", zanjó.

"El día de la marmota" Homs destacó también que propuestas como la aireada por el ministro José Manuel García-Margallo de que Catalunya pudiera gestionar el 80% del IRPF es una casi calcada a la que el Gobierno de Zapatero formuló en el año 2005. "Esto parece el día de la marmota. Tenemos ya mucha experiencia. Hay páginas que ya se han pasado", recordó. La situación de las finanzas de la Generalitat es este trimestre particularmente "delicada", puesto que debe hacer frente a los pagos de la deuda de 4.000 millones de euros. "Siempre estamos en vilo", reconoció Homs, quien desligó esa angustia financiera del hecho de que estén llegando con retraso los pagos del Fondo de Liquidez Autonómica. "No es por eso. Si hay una situación delicada es porque es un sistema de financiación que es un desastre, por culpa de un Gobierno -refiriéndose al español- que incumple sus compromisos", explicó.