Bilbao. "Estamos mentalizados de que esto va para largo". Esta afirmación, realizada por un familiar de Iñigo Cabacas, demuestra hasta qué punto sus allegados están resignados a tener que esperar para que el proceso judicial abierto para esclarecer su muerte empiece a arrojar sus primeros frutos. Cuando el próximo viernes, 5 de abril, se cumple un año de la noche en que Cabacas resultó herido de gravedad por el impacto de una pelota de goma disparada por la Ertzaintza -lo que provocaría su fallecimiento cuatro días después-, los ecos de ese trágico suceso siguen resonando con fuerza. A los esfuerzos de los más cercanos a Pitu para que su recuerdo siga presente y que se haga por fin justicia se suman las derivadas que este caso sigue teniendo en ámbitos como el judicial, policial y político.

En el primero de dichos escenarios, la abogada Jone Goirizelaia, que ejerce la acusación particular en representación de la familia, rechaza que la fase de instrucción, que arrancó en junio del año pasado en el TSJPV, se esté alargado de forma innecesaria. En declaraciones a DNA, valoró que "sería algo extraño o estaría mal si no se estuvieran haciendo cosas. Se está trabajando, lo que pasa es que hay muchas cosas para hacer. Porque, si se quiere esclarecer lo que pasó, llegar hasta el fondo y depurar las responsabilidades penales, si es que las hay -que es lo que nosotros entendemos y por eso ejercemos la acusación-, hay que hacer bien las pruebas, y eso lleva tiempo".

De hecho, la acusación particular ya está pensando en la siguiente fase tras la actual práctica de las pruebas testificales: la declaración ante la juez instructora de aquellos cargos de mayor responsabilidad que deban comparecer como imputados. Entre los mismos, además de mandos policiales, podría estar Rodolfo Ares, consejero de Interior cuando sucedieron los hechos, tal y como adelantó este periódico el pasado martes. Ello dependerá del resultado de las pruebas periciales y de las aportaciones de los testigos, incluidos los ertzainas que participaron en el operativo.

Pese a que dichas testificales se prolongarán al menos hasta principios de mayo, la abogada de la familia adelantó las primeras conclusiones que, según su parecer, se pueden desprender de las comparecencias que ha habido hasta ahora: "Lo que estoy viendo clarísimamente es que la carga policial no era necesaria. Fue totalmente desproporcionada e inoportuna, y no se llevó a cabo siguiendo los protocolos de actuación que tienen señaladas las policías". Los trágicos sucesos tuvieron lugar tras el partido disputado en San Mamés entre el Athletic y el Schalke 04. Según la versión ofrecida en su momento por el Departamento de Interior, efectivos de la Ertzaintza acudieron a la calle María Díaz de Haro alertados porque se estaban produciendo una serie de altercados. Pese a que las versiones difieren en este punto, lo cierto es que hubo cargas con material antidisturbios que hirieron mortalmente a Cabacas.

La letrada agregó que de las declaraciones se desprende que "allí había un ambiente festivo y no estaba pasando nada que hiciera necesaria una actuación de ese tipo". Según añade ella, "también está quedando claro que no se dio ningún aviso [por parte de la Er tzaintza] y que si, como algunos dicen, es verdad que se tiraron algunos objetos, todos coinciden en que ese lanzamiento de objetos se produjo después de la primera carga, nunca antes, y además fueron aislados y sin mayor transcendencia".

Menos lesivos En lo que al aspecto policial se refiere, el uso del material antidisturbios por parte de la Policía vasca ya no será el mismo a raíz de este caso. La principal novedad es que la utilización de las actuales escopetas lanzadoras de pelotas de goma quedará restringida a la Brigada Móvil, y tan solo "en circunstancias excepcionales y en base a la decisión de un mando", según un portavoz del Departamento de Seguridad. Los agentes de seguridad ciudadana de las comisarías tendrán vetadas estas escopetas, que en su caso serán sustituidas por un nuevo lanzador H&K 169 de proyectiles de 40 milímetros, "más manejable y con munición mucho menos lesiva".

La Brigada Móvil también dispondrá de estos dispositivos, por lo que podrá alternar los dos tipos de armamento. El portavoz consultado agregó que "los nuevos lanzadores se suelen utilizar en situaciones de control de masas, en las que hay grandes concentraciones de personas y donde casi siempre está presente la Brigada Móvil". Por este motivo, "el uso de los H&K será muy excepcional entre los agentes de seguridad ciudadana".

La implantación de estos lanzadores, que ya obran en poder del departamento, está asimismo "muy avanzada". Mientras los agentes siguen recibiendo "formación técnica y práctica" en su uso, los integrantes de la Brigada Móvil, con sede en Iurreta, ya disponen de los mismos y, de hecho, podrían utilizarlos, de ser necesario, en cualquier momento. En una respuesta a EH Bildu fechada el pasado 19 de febrero, la Consejería de Seguridad afirmaba que hasta ese momento se había formado a más de 2.300 agentes. Preguntado sobre el "efecto físico" que provoca este material tras ser disparado, el departamento añadía que "el impacto de un proyectil, que es de material viscolástico, se considera inhabilitante muscular y limita el movimiento de una persona por un tiempo".

Reacción insuficiente Los responsables del Departamento de Seguridad también han dejado clara su postura respecto al desarrollo del caso Cabacas. En una entrevista publicada por DEIA el 24 de febrero, la consejera Estefanía Beltrán de Heredia afirmaba que "está en sede judicial, por lo que esperamos que concluya y que resuelva el juez. Y a la vista del auto, habrá que tomar las decisiones que correspondan". Agregó que "la principal interesada en que esto se aclare es la propia Ertzaintza".

La investigación interna abierta para esclarecer lo sucedido se paralizó cuando el caso entró en la vía judicial. Pese a que la Ley de Policía obliga a proceder de este modo, los actuales gestores de Seguridad creen que se podía haber hecho más. El director de la Ertzaintza, Gervasio Gabirondo, afirmaba el 24 de enero a este periódico, nada más acceder al cargo, que "la intervención inmediata es fundamental para conocer lo que pudo ocurrir aquella noche, lo más cercano a la realidad". Agregó que "no ha habido una investigación lo suficientemente clara" y que "ahora es muy difícil hacer una intervención porque está en manos judiciales y no traería nada positivo".

En este sentido, se puede hacer un paralelismo con los incidentes que tuvieron lugar el 29 de diciembre, prácticamente mientras se estaba produciendo el relevo en el Gobierno Vasco, durante el partido Euskadi-Bolivia celebrado en Anoeta, que se saldó con catorce ertzainas heridos y arrojó dudas sobre la actuación de la Policía vasca. La comisión interna que se puso en marcha llegó hasta el final con un informe que fue presentado por la propia consejera el 8 de febrero en el Parlamento Vasco, y que ya ha empezado a tener efectos prácticos. Y es que, después de que sus conclusiones pusieran en cuestión el papel desempeñado por la Brigada de Refuerzo, el departamento ha decidido hacerla desaparecer.

El Ararteko, Iñigo Lamarca, también se ha mostrado muy activo desde el principio de este caso, y ha criticado en numerosas ocasiones la "falta de colaboración" de la consejería que dirigió Rodolfo Ares. La última ocasión fue el pasado día 18 en una comparecencia parlamentaria sobre el caso de Xuban Nafarrate -el joven herido durante la huelga general del 29 de marzo de 2012, según su versión por una pelota de goma-, en la que Lamarca reclamó la puesta en marcha de "protocolos precisos" para "depurar responsabilidades" en casos de uso inadecuado de la fuerza durante las actuaciones policiales.

"La carga policial fue desproporcionada, allí había un ambiente festivo", afirma la abogada de la familia

Una noche festiva que acabó en tragedia

De arriba abajo

Dispositivo policial en la noche en que Iñigo Cabacas fue herido de gravedad, tras el partido entre el Athletic y el Schalke 04 celebrado el 5 de abril de 2012 en San Mamés; el joven hincha rojiblanco falleció cuatro días después, lo que provocó un primer y emocionado homenaje en la calle María Díaz de Haro, donde recibió el pelotazo de la Ertzaintza; el entonces consejero de Interior del Gobierno Vasco, Rodolfo Ares, junto al jefe de la Policía vasca, José Antonio Varela, y el viceconsejero de Seguridad, Miguel Buen, comparecieron al día siguiente para dar explicaciones sobre el suceso; los homenajes a Cabacas han sido constantes desde entonces, como en la manifestación celebrada el 15 de abril del año pasado antes del encuentro entre el Athletic y el Mallorca. Fotos: José Mari Martínez/ Zigor Alkorta/ Oskar Martínez/ DnA

La implantación de los nuevos lanzadores sigue adelante y la Brigada Móvil ya dispone de los mismos

Frente a la inacción de Interior hace un año, Seguridad llevó hasta el final la investigación de los sucesos en Anoeta