Adís Abeba/Bangu. El líder de los rebeldes Seleka que el domingo tomaron el palacio presidencial en la República Centroafricana, Michel Djotodia, se proclamó presidente del país, tras la huida del jefe de Estado François Bozizé a Camerún, informó ayer la radio francesa RFI. Djotodia aseguró que quiere realizar elecciones democráticas en un plazo de tres años. En tanto, la Unión Africana suspendió ayer a la República Centroafricana de las actividades del grupo e impuso sanciones a siete altos oficiales de los rebeldes Seleka. Entre las sanciones se encuentra la prohibición de viajar y la congelación de los activos de los siete rebeldes.
La Unión Africana llamó además a todos sus miembros a "aislar por completo" al gobierno golpista e instó a Naciones Unidas y la Unión Europea a rechazar el "cambio inconstitucional". Fuentes oficiales camerunenses confirmaron ayer la llegada al país del derrocado presidente Bozizé. "Sí, está en el país, en Batouri (...) llegó ayer por la tarde sobre las 18:00 horas", explicó un miembro del Ministerio de Defensa camerunés. Batouri se encuentra en el este de Camerún, junto a la frontera con la República Centroafricana. El abogado y defensor de los derechos humanos Nicolas Tiangaye seguirá siendo primer ministro. El ex político de la oposición, de 56 años, fue nombrado para el cargo a mediados de enero por los rebeldes, tras las conversaciones de paz con el gobierno. Los rebeldes Seleka, críticos con el gobierno, tomaron el fin de semana la capital de la República Centroafricana, Bangui.
saqueos El canal de noticias Al Jazeera informó de graves saqueos en toda la ciudad. "La situación es muy precaria, la mayoría de residentes están en sus casas porque casi todo ha sido saqueado", cita el canal a una trabajadora de la ONU en el país. Los rebeldes acusan al presidente depuesto de no cumplir con el acuerdo de paz firmado en enero. La República Centroafricana se independizó de Francia en 1960. El país, que limita con otros estados en crisis como la República Democrática del Congo o Sudán, sufre desde hace décadas inestabilidad política. A pesar de contar con riquezas naturales como diamantes, oro y uranio es uno de las naciones más pobres del mundo.
El viernes y el sábado se produjeron fuertes enfrentamientos en Bangui, tras la entrada de los rebeldes. Unos 13 soldados sudafricanos murieron en estos choques, según informó el presdiente Jacob Zuma, que pidió no reconocer a los líderes golpistas. "Como miembro de la Unión Africana, Sudáfrica rechaza todo intento de lograr el poder por la fuerza y por ello respaldará las sanciones u otras medidas que se impongan a los autores de cualquier cambio de gobierno inconstitucional", dijo Zuma. Sudáfrica tiene cientos de soldados en este país del centro de África, desplegados para preservar la paz y para instruir a los militares.