Vitoria. Pese a llevar apenas tres meses en el cargo Marian Elorza acumula mucha experiencia en el campo de la acción exterior. Su paso durante varios años por la delegación en Bruselas del Gobierno Vasco, así como otras experiencias en este área dentro de anteriores ejecutivos, le dotan de una visión amplia de la secretaría que ahora lidera.

¿Cómo es la diáspora vasca?

Hay dos tipos de personas: por un lado, la diáspora clásica, esto es, los descendientes de aquellas personas que dejaron Euskadi por motivos económicos o políticos, sus descendientes siguen manteniendo un vínculo con Euskadi que nosotros queremos mantener; por otro, está la gente joven que de la mano del proceso de internacionalización empresarial ha salido fuera, investigadores, cooperantes... y estas personas, si no todas sí muchas, quieren contribuir a la labor de dar a conocer Euskadi en el exterior.

¿Cómo se les puede ayudar?

Tenemos que buscar las herramientas para que puedan sacar adelante sus proyectos. En este sentido las tecnologías de la comunicación nos pueden ser de mucha ayuda para que esas personas puedan conectarse entre sí y, al mismo tiempo, podamos captar el conocimiento.

Algunos opinan que en estos tiempos de crisis sobran las delegaciones.

Es una afirmación que se oye mucho últimamente. Frente a eso, yo diría que, precisamente, una de las palancas que nos va a permitir salir de la crisis es la internacionalización, no solo empresarial sino de Euskadi en su conjunto. Hay proyectos en los que pueden participar empresas pero también otros en los que pueden hacerlo agentes sociales, institucionales, académicos... Las delegaciones son herramientas imprescindibles para poder hacer esa labor de palanca pues actúan como sherpas en los países de destino.

¿Va a mantener todas las delegaciones actuales?

Vamos a mantener el mismo número de delegaciones pero vamos a cambiar la configuración geográfica, de tal forma que va a quedar en una delegación de Estados Unidos, una delegación para México, otra que cubra Chile, Perú y Colombia (con oficinas en Chile y Colombia) y otra Argentina-Mercosur. A esas cuatro americanas se le unirá la delegación en Madrid y la de Bruselas, vinculada a la UE. A lo largo de la legislatura vamos a ir identificando los países prioritarios de actuación y no descartamos la posibilidad de que alguna de las delegaciones actuales cambie de ubicación.

¿Podría saltar de continente, dado que Asia, Australia o África carecen de delegaciones?

Está por definir, pero no renunciamos a adaptar la ubicación para atender mejor las necesidades.

¿Por qué esa importancia a México?

Es un país con 120 millones de habitantes, es el decimotercer cliente comercial de Euskadi, de nuestras exportaciones, y en los últimos años ha habido una fortísima implantación de empresas vascas en el país azteca, muchas en el entorno de la capital y otras en la zona de Querétaro y Guanajuato. Tenemos un potencial muy grande desde el punto de vista empresarial y una fuerte presencia de la diáspora. Eso justifica la existencia de una delegación que se dedique en exclusiva a hacer el seguimiento de lo que allí ocurra.

¿EEUU es una plaza fuerte?

Es la primera economía mundial, es un país de referencia desde el punto de visto tecnológico y, además, es sede de Naciones Unidas y de muchos de los organismos vinculados a él. Además, tenemos una diáspora muy amplia con más de cuarenta euskal etxeak. Todo ello justifica más que haya una delegación para atender ese país, máxime si tenemos en cuenta que estamos hablando de cuatro personas, que es el personal de la delegación.

El exlehendakari Ibarretxe planeó abrir delegaciones en Alemania, Francia y Gran Bretaña. ¿Han desechado esos proyectos?

Si en el futuro la situación económica y presupuestaria mejorara sería lógico pensar en ampliar esa presencia, pero ahora toca mantener las que ya están.

¿Las delegaciones se complementarán con las oficinas de la SPRI?

Por las conversaciones mantenidas con el departamento de Industria puedo decir que allí donde exista una delegación del gobierno esta va a aglutinar el conjunto de servicios que oferta la administración vasca. Esto ya ocurre de hecho en Argentina, Chile, México y Colombia. Dentro de estas delegaciones hay un técnico empresarial que depende jerárquicamente del delegado pero funcionalmente se coordina con la SPRI. Estados Unidos es la excepción porque allí existe una delegación y existen oficinas de SPRI fuera de la delegación. Pretendemos que las oficinas de SPRI y las delegaciones formen una única red que estén bajo una única estrategia.

¿Cómo se va a ensamblar el Instituto Etxepare en la Acción Exterior del Gobierno Vasco?

Al Instituto le corresponde la difusión en el exterior del euskera y de la producción cultural y artística vasca. En ese campo, las delegaciones han venido prestándole su apoyo y tienen que seguir haciéndolo.

¿Qué inquietudes y necesidades le han trasladado las colectividades vascas en el mundo?

Yo personalmente aún no he tenido contacto directo con ellas, salvo a través del responsable de este área, pero hemos heredado los compromisos de actuación adoptados en noviembre de 2011 en el congreso de colectividades celebrado en Donostia. Son compromisos de programas de ayuda a las euskal etxeak, mantener y ampliar el programa Gaztemundu...

Algunas colectividades y centros vascos de Argentina y Chile tuvieron problemas con los delegados nombrados por el exlehendakari Patxi López. ¿Se ha reconducido la situación?

El mantenimiento de una relación estrecha con las colectividades es uno de nuestros objetivos. Por tanto, los nuevos delegados saben que tienen que atender correctamente también a las colectividades vascas, mantener un contacto cercano con ellas y tratar de dar respuesta a sus necesidades. Por nuestra parte, la actitud es la de, si hubiera habido fricciones con la colectividad, tratar de cerrarlas.

Le preocupa el anteproyecto de ley de Acción Exterior que prepara el Gobierno español?

Suena como un nuevo intento recentralizador por el Gobierno español. Por una parte, reconoce a las comunidades autónomas su capacidad de desarrollar una acción exterior, lo que es coherente con la sentencia del Tribunal Constitucional de 1994, pero a renglón seguido intenta poner un corsé a las autonomías. Deja claro que nuestra acción exterior se va a supeditar a la política y la estrategia general e Madrid y no nos deja mucho margen en la definición de nuestras políticas exteriores.

Según el anteproyecto, el Gobierno vasco debería informar al español de los viajes que se hagan al exterior. ¿Es una invasión competencial?

Lo estamos analizando porque no solo solicita que se le comunique sino que añade que el Gobierno español informará si es coherente con los principios generales de la ley y la estrategia de acción exterior de Madrid. Suena a ejercicio de control.

¿Les ha planteado el Gobierno español incorporar las delegaciones vascas a las embajadas españolas?

Directamente no. Ha habido alguna declaración del ministro Margallo en este sentido pero no a nosotros no nos la ha hecho de manera directa. Nos la haga o no, nuestra intención es mantener las delegaciones porque son una herramienta útil para Euskadi.

La Generalitat catalana va a vincular las delegaciones exteriores a la internacionalización de la propuesta soberanista. ¿Contempla usted esa vía?

Me parece una vía. No me corresponde valorar si es correcta o no, es su opción. En nuestro caso, la acción exterior va a estar muy pegada a las necesidades actuales.

¿Le parece suficiente la participación del Gobierno Vasco en los centros de decisión de la UE?

Hoy por hoy la participación de las autonomías se limita a cuatro consejos. Nos parece insuficiente porque existe mucha formación en el consejo de ministros de la UE en el que no podemos participar aún siendo competentes para esas materias. Vamos a reclamar que Euskadi pueda participar allí donde se discutan aspectos que son de nuestra competencia, entre ellos el Ecofin. Hoy por hoy podemos participar en los grupos de trabajo del Ecofin pero no en el Ecofin propiamente dicho.

¿Facilitará las cosas el final de la violencia de ETA en la visión exterior de Euskadi?

Estoy convencida de ello porque va a permitir que se vea Euskadi de una manera mucho más nítida desde fuera, con menos ruido, va a permitir que se vea la Euskadi real de una manera más clara que en el pasado.

¿Cómo piensa impulsar la eurorregión Euskadi-Aquitania?

Lo primero es articular un plan estratégico 2014-2020 que ya hemos empezado a hacerlo. Sus ejes principales van a ser uno indudablemente el transporte, otro la educación y el euskera y la cooperación en materia económica.

¿Percibe interés por parte de las autoridades aquitanas?

Mucha, si no, no sufragarían la mitad de lo que supone a día de hoy la Eurorregión. Aportamos a partes iguales a este foro para desarrollar y financiar nuevos proyectos compartidos.