madrid. Iván Yáñez Velasco, apoderado de Luis Bárcenas ante los bancos suizos en los que éste llegó a acumular hasta 38 millones de euros, admitió ayer que el extesorero popular le otorgó un poder para representarle en febrero de 2009 porque entonces Bárcenas "se sentía perseguido por la instrucción del caso Gürtel", según informaron fuentes jurídicas. El gestor de la fortuna de Bárcenas en el país helvético declaró como imputado en la trama Gürtel durante casi cuatro horas ante el juez Pablo Ruz, de la Audiencia Nacional.

Yáñez afirmó además que desvió 4,5 millones de euros del extesorero a Estados Unidos. Un millón iba destinado de la sociedad Sinequanon a una sociedad de Ángel Sanchís, también extesorero del PP, en Connecticut. Los 3,5 millones restantes se enviaron a Nueva York para devolver el dinero a unos inversores de Bárcenas que le habían confiado sus fondos, tal y como confirmaron dos abogados que estuvieron presentes en la declaración.

Yáñez reconoció que también él se acogió a la amnistía fiscal y explicó al juez que pagó su regularización de 132.000 euros con dinero que le prestó Bárcenas, ya que sus cuentas en Suiza habían sido bloqueadas. El apoderado aportó un contrato con el extesorero que refleja cómo el testaferro se llevaba el 2% del dinero gestionado en Suiza y entre un 15% y un 20% como prima de éxito sobre las ganancias obtenidas. En total llegó a cobrar en comisiones 1,2 millones de euros, que ingresó en dos cuentas que abrió en sendos bancos suizos. Esas dos cuentas fueron bloqueadas como consecuencia de que habían recibido dinero de otras contabilidades de Bárcenas que las autoridades suizas decidieron bloquear tras una alerta de Visa, que advirtió de una sospechosa petición del extesorero de una tarjeta con un límite de 25.000 euros mensuales.

Lo que no reveló Yáñez es que viera a Bárcenas escribir de su mano la carta, lo que puede ser relevante para la pericial grafológica que intenta determinar si las anotaciones de los papeles de Bárcenas fueron escritas por éste. El imputado, que quedó libre sin medidas cautelares, señaló que su contacto con Bárcenas se debe a que su padre, empleado del PP, era amigo del ex tesorero. Asimismo, Ruz tomó declaración como testigo a Susana Mantecón Gayo, quien aseguró no recordar las operaciones de venta de una serie de cuadros con las que el extesorero pretendió justificar sus ingresos en Suiza. El otro testigo que estaba citado, Pedro Hernández de Zárate, no acudió a la declaración.