bilbao. Patxi López dio por concluido el congreso del PSE, que se anunció iba a renovar a la formación en ideas y personas, incidiendo en el mensaje que centra la estrategia socialista en los últimos meses: mano tendida al Gobierno de Iñigo Urkullu pero advertencia de que no aceptará recortes en materia de servicios básicos si es que el jeltzale quiere llegar a acuerdos con los socialistas para la estabilidad institucional y la aprobación de los presupuestos de la CAV, "Ni cheques en blanco ni bloqueo permanente", resumió el reelegido secretario general del PSE en el tercer discurso que ofreció durante los dos días de congreso.
Si el PNV quiere hacer reformas para modernizar el país, impulsar medidas que garanticen el sostenimiento del Estado del bienestar o mejorar la eficiencia del entramado institucional, encontrará a los socialistas "a su lado", explicitó López. Pero tendrá al PSE "enfrente" si "lo que quiere es eliminar los servicios públicos y recortar en educación, sanidad o políticas sociales". "No vamos a aprobar unos presupuestos que vayan en esa dirección de recortes", auguró. "No nos vamos a mover un milímetro de nuestra posición; Urkullu ya sabe dónde encontrarnos", le retó.
Pese a su llamamiento a "mirar hacia adelante, haciendo política desde la oposición", no perdió la oportunidad de criticar duramente al gobierno de Iñigo Urkullu. "Asistimos con preocupación al vagar renqueante de un lehendakari y unos consejeros, que se contradicen, que entran en continuas disputas incluso con su propio partido y que no tienen más certeza que la de criticar al resto del mundo". "¿Cómo es posible que en una situación de emergencia nacional, como la ha calificado el propio lehendakari, no se haya hecho todavía absolutamente nada para enfrentarse a ella?"
López, que en esta ocasión hizo un discurso muy pegado a la actualidad y a los posibles contactos con el PNV para lograr acuerdos en el Parlamento Vasco, se despidió haciendo referencia a primeros socialistas de La Arboleda que "salieron de las minas" para defender sus derechos hace 123 años. "Es ahí donde tenemos que estar. Nuestro lugar no es el Gobierno ni la oposición. Está en la calle, con las personas que sufren, con los ciudadanos desamparados", concluyó.