Bilbao. Cuando fue designada para el cargo, la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, poco podía imaginar que su primera decisión iba a ser la puesta en marcha de una comisión interna para investigar los graves incidentes del partido disputado el 29 de diciembre en Anoeta entre las selecciones de Euskadi y Bolivia, que se saldó con catorce ertzainas heridos. Una vez concluido el trabajo de dicha comisión, ayer fue el turno de exponer las conclusiones en el Parlamento Vasco ante todos los grupos. Tal y como explicó la consejera, la investigación arroja que el dispositivo desplegado ese día, muy cuestionado desde entonces, fue "adecuado". Eso sí, en su puesta en práctica se produjeron múltiples errores -a los que no fue ajena la "violencia inusitada" demostrada por una parte del público- entre los que destaca la falta de coordinación entre las diferentes unidades que actuaron en Donostia.

Partidos como el PNV y sindicatos como ELA y Euspel apuntaron ayer directamente al papel desempeñado por la Brigada de Refuerzo -en el ojo del huracán desde que fue creada por el exconsejero de Interior, Rodolfo Ares, en la pasada legislatura- y a las duplicidades que genera por su coexistencia con la Brigada Móvil. El propio informe de la comisión incluía entre las carencias del 29 de diciembre que, con anterioridad al partido, no se celebró "una reunión formal conjunta entre los jefes del dispositivo y los responsables de las unidades de apoyo" salvo un intercambio de documentación y unas conversaciones telefónicas. Agregaba que "los dos mandos de los recursos antidisturbios -en referencia a las brigadas móvil y de refuerzo- no asistieron al briefing celebrado a las 17.00 horas en Anoeta".

De hecho, según ha podido saber este periódico de fuentes conocedoras de la actuación policial, el jefe que estaba al frente de la Brigada de Refuerzo el día del encuentro pisó el estadio de Anoeta por primera vez esa misma jornada. Durante la Comisión de Instituciones y Justicia celebrada ayer, Estefanía Beltrán de Heredia anunció que, como consecuencia de esa actuación, su consejería va a "revisar la estructura de las brigadas de control de masas", es decir, las brigadas antidisturbios, con el fin de "corregir detalles y mejorar aspectos operativos".

En el transcurso del debate, el parlamentario del PNV y miembro de la Mesa de la Cámara Iñigo Iturrate apuntó en la misma dirección al asegurar que "el problema es de quien diseñó una policía con dos unidades de control de masas". Según él, esta situación "es fuente de descoordinaciones y errores en el desarrollo de los dispositivos" de la Ertzaintza, de lo que puso como ejemplo un caso "luctuoso" en referencia a la muerte de Iñigo Cabacas por una pelota de goma.

Causas del problema La Brigada de Refuerzo, con base en Iurreta y que fue creada para apoyar cualquier actuación de cariz excepcional -como eventos deportivos- en toda la CAV, también fue un argumento de la reunión celebrada ayer en la comisaría de Erandio entre el viceconsejero de Seguridad, Josu Zubiaga, el director de la Ertzain-tza, Gervasio Gabirondo, y los sindicatos para trasladarles las conclusiones de la comisión. Tras el encuentro, el portavoz de ELA Tomás Rodríguez aseguró que "hubo dos problemas: la inusual agresividad con la que nos recibieron, que no fue detectada por la falta de elementos de control preventivo, y el caos organizativo del sistema de trabajo impuesto por Ares". Agregó que "esa separación entre grupos diferentes, unos con especialidad y otros sin ella que trabajan de forma autónoma, conlleva esta descoordinación". El presidente de Euspel, Txutxi Castelo, añadió que "en estas situaciones se ve la inoperancia de ciertas unidades que se han creado no se sabe para qué. En su lugar, debería reforzarse la Brigada Móvil, que es la especializada". Calificó además a la Brigada de Refuerzo de "virtual", ya que "en la RPT solo constan cuatro jefes y un agente, el resto de los 200 que la forman están en comisión de servicios". Por su parte, ErNE exigió la dimisión de los dos responsables de la comisaría de Donostia, ya que lo ocurrido fue "un auténtico caos organizativo" por el que se deben asumir "responsabilidades". ESAN apuntó como los "verdaderos culpables" de los sucesos a los "máximos responsables operativos del evento" y reclamó cambios en los protocolos de actuación.