Bilbao

El pasado octubre los socialistas vascos observaron la imagen que devolvía el espejo de las elecciones autonómicas y no les gustó lo que allí vieron. La pérdida de 107.000 votos y que el PSE quedara relegado como tercera fuerza política de la Comunidad Autónoma Vasca, con la evaporación de cualquier asomo de posibilidad de que Patxi López revalidara la makila de lehendakari, confirmaban los negros auspicios que ya le auguraban, el año anterior, las debacles electorales de los comicios municipales, forales y generales.

Tras aquella jornada aciaga para el socialismo vasco, López expresaba con claridad meridiana la necesidad de cambio en las filas del PSE, temiendo que el "viejo partido" acabe convertido, simple y llanamente, en un "partido viejo". El séptimo congreso del PSE, que se celebrará la próxima semana en Bilbao, pretende ser "la plataforma de despegue" de la formación "para recuperar un papel referencial que siembre ha tenido". Pese a que López anunció su propósito de emprender una "profunda" reforma de las ideas del socialismo vasco, el borrador de ponencia política que los delegados socialistas votarán el próximo fin de semana durante la celebración del séptimo congreso del PSE carece de grandes vuelcos en cuestiones ideológicas. De hecho, durante la elaboración de la ponencia sus redactores no han estado exentos de fricciones, hasta tal punto que uno de los ponentes se levantó de la mesa ante el cariz que estaba tomando el texto, según confirman fuentes socialistas.

Las pretensiones reformistas de López recaen en la organización interna de la formación, que se quiere abrir a nuevas fórmulas de participación de los militantes y simpatizantes, en unos momentos en que la política está en sus horas más bajas.

La renuncia de ETA a la violencia y la vuelta a las instituciones de la izquierda abertzale, convertida en la segunda fuerza electoral de la CAV, han puesto al PSE ante la tesitura de tener que recolocarse en la política vasca, en un intento d e ocupar la centralidad en el eje abertzales-no abertzales y reivindicando como santo y seña de acción política el actual autogobierno que consagra el Estatuto de Gernika.

Su aventura de aliado del PP que permitió a López catapultarse a Ajuria Enea ha pesado en su electorado. Por eso, la distancia que marca con los populares es tanto por su política económica como por "el afán recentralizador" del Gobierno de Mariano Rajoy. Pero, por otra parte, se desmarca de las formaciones de corte nacionalista y de cualquier planteamiento que avance en el camino que lleva a la independencia de Euskadi. "El PSE estará preparado para responder con firmeza y claridad a un previsible desbordamiento de las pulsiones nacionalistas, ya sean activadas por la competencia entre PNV y EH Bildu". "Los socialistas vascos -constata la ponencia- nos opondremos a estos proyectos y defenderemos con contundencia el autogobierno dentro de España y Europa". En todo caso, propone que cualquier debate que se plantee sobre el marco jurídico "respete" las actuales reglas de juego.

el nacionalismo, "un lastre" En cuanto al modelo de Estado, el PSE no introduce pasos significativos. Más aún; parece cada vez más distanciado de otras sensibilidades del socialismo, como la que demuestra el PSC, que se ha pronunciado claramente por el derecho a decidir. La ponencia del PSE que se someterá a votación el próximo día 10 parte de la base de que "el nacionalismo es un rasgo del pasado que se está convirtiendo en un lastre para asumir e integrar sociedad pluralistas con identidades diversas". Los socialistas reivindican "el derecho de libre identidad individual" frente a términos como construcción nacional o "derecho a decidir colectivo". "La identidad -dice en un momento dado la ponencia- pertenece al ámbito vedado a la decisión colectiva. Pertenece al conjunto de valores democráticos no votables".

Su búsqueda de la centralidad se traduce en que rechaza tanto "quitar competencias", intención que atribuye al PP, como "romper con el Estado común, iniciando aventuras que nos separen también de la Europa común". Por todo ello, el PSE exige clarificar las competencias de las instituciones, un sistema de financiación "justo y equitativo" y un Senado que "realmente sirva como cámara de representación territorial".

Treinta años después del Estado de las Autonomías, el PSE reclama un análisis de los "problemas" creados, ya que "ha supuesto también que los nacionalistas utilicen el nuevo poder político autonómico como base para la deslegitimación del Estado compartido común". Como consecuencia, los socialistas vascos piden clarificar y delimitar las competencias de la CAV, porque "no se puede mantener de forma permanente" una negociación sobre competencias que hace que "el sistema esté permanentemente abierto y sea políticamente inestable". Por eso, propone habilitar "algún procedimiento para ratificar la voluntad ciudadana de seguir viviendo juntos y terminar con el chantaje permanente de los nacionalismos que deslegitiman el carácter democrático del Estado compartido".

tampoco federalistas La ponencia ni siquiera aboga directamente por el federalismo como fórmula de estructuración del Estado, como reclama el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. La formación que lidera López proclama que las autonomías se integren en la responsabilidad de la "gobernanza global". Desde el otro extremo, ve necesario impedir que la Administración central tenga, en la práctica, instrumentos que anulen las competencias de los poderes autonómicos, una cuestión de completa actualidad por la estrategia de Rajoy de legislar mediante leyes de bases.

En el apartado de la paz, la ponencia socialista señala que ante las "heridas" abiertas aún por el "totalitarismo terrorista" hace falta "un nuevo pacto de convivencia que asuma los valores democráticos, que reconozca al otro como ciudadano constitutivo en la sociedad vasca u busque, a través de la tolerancia, la convivencia entre diferentes". Resalta especialmente la "especial importancia" que otorga a las políticas penitenciarias en esta fase de la historia. "En la actualidad, deberían ayudar a cerrar las heridas causadas por el terrorismo y a facilitar la reinserción de los penados".

Respecto al futuro inmediato marcado por el Gobierno del PNV, el PSE se compromete a hacer "una oposición de mano tendida y colaboración en aquellos ámbitos donde prevalezca el interés general", una oposición "seria, responsable, pero también contundente y constructiva", así como "beligerante ante cualquier intento de rebasar las líneas rojas marcadas en el mantenimiento de los servicios sociales y la las políticas de solidaridad". En materia de fiscalidad, la ponencia reitera la conocida tesis de los socialistas de que sea decidida en el Parlamento, "el único órgano común que nos representa a todos".

La apuesta por el municipalismo es neta. De cara a las elecciones municipales y forales de 2015, el PSE se propone recomponer las filas y aumentas "sustancialmente" las alcaldías que hoy tiene, un objetivo alcanzable después de que los comicios de 2011 situaran a los socialistas en sus cifras más bajas, con solo ocho alcaldías en el conjunto de la Comunidad Autónoma Vasca.