Madrid. Ante la nueva situación generada hace un año con el fin de la violencia de ETA, una de las dudas que aún falta por aclarar es el papel que jugarán las víctimas de la banda armada a partir de ahora. La presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Mari Mar Blanco, tiene claro que estas aportaciones son, hoy en día, "más necesarias que nunca" para luchar contra la impunidad y evitar que ETA imponga su relato.

En una entrevista publicada en la revista de la Fundación de Víctimas, Blanco explica que se ha impuesto como objetivo prioritario al frente de la Fundación -de la que tomó las riendas hace dos meses en sustitución de Maite Pagazaurtundua- trabajar de manera "muy firme, clara y contundente" en defensa de la memoria, la verdad y la justicia de las víctimas. "Asentar las bases de la verdad y la memoria para contrarrestar las tentaciones manipuladoras de quienes quieren reescribir la historia de terror de ETA blanqueando su pasado", ha subrayado.

En este marco sitúa también el trabajo de la Fundación, junto con numerosas asociaciones y colectivos de víctimas, por exigir justicia para los más de 300 asesinatos de ETA que continúan sin esclarecer. "Uno de los objetivos fundamentales de la Fundación es trabajar por la justicia y acabar con la impunidad", sentenció la exparlamentaria.