el cairo. La Asamblea Constituyente egipcia, dominada por los islamistas, dio ayer luz verde al borrador de la nueva Carta Magna, que hoy se presentará al presidente Mohamed Mursi para que convoque un referéndum popular.
Tras más de diez horas de votación, en las que fueron aprobados uno por uno los 234 artículos del proyecto, la asamblea culminó la votación a primera hora de ayer en medio del aplauso de sus miembros.
Según la agencia de noticias estatal Mena, el órgano dio su visto bueno al borrador "por unanimidad" y hoy su presidente, Hosam al Gariani, lo presentará a Mursi, que tendrá que convocar un plebiscito sobre el texto, que deberá celebrarse, según la legislación, en los próximos quince días.
Si los ciudadanos aprueban la nueva Constitución entrará en vigor de forma inmediata.
Sin embargo, el juez miembro de la Asamblea Constituyente, Nuredin Ali, explicó en declaraciones que los plazos podrían ser distintos.
"Hay dos corrientes: quienes defienden que se alarguen los tiempos, ya que Mursi dio dos meses más a la asamblea para que acabara sus trabajos, con lo que quedarían 72 días para un debate popular, y el referéndum podría celebrarse en este plazo, lo que estaría dentro de la legalidad", apuntó Ali.
Por otro lado, agregó, está "la otra corriente que pide que se celebre un plebiscito lo antes posible por las divisiones que hay en Egipto en la actualidad, tras la emisión de la última acta constitucional", emitida por Mursi el 22 de noviembre para blindar sus poderes.
A estas dos tendencias se suma otra que sostiene que el referéndum debería celebrarse en un mes.
La Asamblea Constituyente aprobó el texto con la presencia de 85 de sus cien integrantes, después de que Al Gariani convocara ayer a once miembros de reserva para sustituir a parte de los 26 que la boicotearon por considerar que estaba dominada por los islamistas.
La nueva Carta Magna estipula en su artículo 2, al igual que la anterior Constitución de 1971, que "los principios de la sharia son la fuente principal de la legislación", tal y como pedían los grupos laicos.
Este punto ha suscitado la controversia durante los últimos meses porque mientras que los laicos defendían que se dejara como estaba, los salafistas pedían una aplicación estricta de la ley islámica.
Para contentar a los salafistas, el borrador incluye un artículo, el 219, que detalla que esos principios abarcan toda la jurisprudencia de la sharia y los fundamentos contenidos en la suna o tradición del profeta Mahoma.
El documento contempla, además, el multipartidismo político, la alternancia pacífica del poder, la separación de los poderes del Estado y la soberanía de la ley.
críticas internacionales El grupo Human Rights Watch (HRW) destacó que el proyecto protege algunos derechos pero socava otros, ya que no pone fin a los juicios militares a civiles ni garantiza la libertad de expresión y de culto, entre otros.
Mientras los opositores a Mursi siguen acampados en la plaza cairota de Tahrir contra el decreto emitido por el presidente que blinda sus poderes, la Cámara alta del Parlamento y la Asamblea Constituyente ante la Justicia.
Precisamente, el próximo domingo, el Tribunal Constitucional tiene previsto emitir un fallo sobre la legalidad de la composición de ambos órganos, pese a que disponen de inmunidad tras el decreto.
Decenas de miles de manifestantes se concentraron ayer en Tahrir en una protesta cuya concurrencia aumentó al atardecer para rechazar el decreto y el borrador de la nueva Carta Magna.
A la protesta también acudieron dirigentes opositores como el Nobel de la Paz y presidente del Partido La Constitución, Mohamed Baradei, que subrayó en un discurso en Tahrir "la necesidad de volver a la situación anterior a la declaración constitucional y de iniciar un diálogo nacional serio".