madriD. Ni una palabra de independencia, ni de debate soberanista, ni del derecho a decidir. Nada. Y es que a pesar de que el debate independentista ha sido el principal banderín de enganche de CiU en los comicios autonómicos catalanes, parece que su portavoz en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, prefirió pasar de puntillas por un asunto tan espinoso en la sesión de control al Gobierno a la vista de los pobres resultados del domingo. Y recibió el mismo trato. Mariano Rajoy, ayer de guante blanco, se lo perdonó y, como si no hubiera pasado nada, tampoco aprovechó su turno de palabra para ajustar cuentas con sus tradicionales socios catalanes, "echados al monte" en los últimos meses.

Y eso que la pregunta que le formuló Duran versaba sobre el informe de la Policía Nacional hecho público en plena campaña y que vincula supuestamente a Artur Mas con cuentas en paraísos fiscales. En este punto se cumplió el tópico. El presidente del Gobierno dijo que se enteró por la prensa del polémico informe y hasta Duran lo reconoció: "Me consta que usted no tenía conocimiento". Duran sí reprochó a Rajoy que tras conocer la noticia su Gobierno haya actuado con "deslealtad" y falta de diligencia para aclarar la filtración. Un informe policial que saltaba a pocos días de los comicios y que, según Duran, "ha distorsionado la campaña" aunque tampoco es excusa para unos malos resultados de CiU que, admitió "con humildad", no se esperaba.

Se notaba que Rajoy y Duran ya habían hablado sobre el tema antes del cara a cara de ayer en el Congreso. Fue el mismo día en que se publicó la noticia sobre la supuesta trama de corrupción que implicaría no solo a Artur Mas, sino también a Jordi Pujol en cuentas en paraísos fiscales. Según fuentes de CiU, en esa conversación, el presidente del Gobierno le confesó a Duran que no tenía ni idea de la existencia de ese informe y mucho menos de su contenido. Rajoy lo ratificó ayer ante el Congreso: no tenía "ninguna" información sobre ese informe que, a día de hoy, sigue desconociendo si es veraz porque "corresponde a la Justicia aclararlo". Añadió que las filtraciones de documentación oficial son una práctica "muy nociva" que ha sufrido en sus propias carnes, tanto en la oposición como en el Gobierno, y que son "condenables vengan de donde vengan". Dicho esto, sí rechazó de forma tajante que la publicación de ese informe se pueda interpretar como un "ataque a un territorio". "Hablar de cloacas del Estado o cosas similares, es profundamente injusto. Y yo, como presidente del Gobierno no lo puedo aceptar", advirtió en lo más grueso de su discurso.

cordialidad Por otra parte, a la tarde trascendió que el jefe del Gobierno mantuvo ayer una conversación telefónica con Artur Mas, en la que, según Presidencia, intercambiaron "puntos de vista sobre el panorama existente tras los resultados de las elecciones catalanas". Desde el Ejecutivo informaron que fue Rajoy quien llamó en el marco del "habitual diálogo institucional entre la administración central y la autonómica". Las fuentes citadas aseguraron que la conversación entre ambos se desarrolló de forma "correcta" y "cordial", pese a las declaraciones de Rajoy calificando de fiasco el liderazgo de Mas. >dna/efe