Barcelona. Catalunya cerró ayer su campaña electoral más decisiva y tensa, con los sondeos pronosticando una victoria de CiU, aunque sin asegurarle mayoría absoluta, y con la incógnita sobre cómo gestionará este resultado Artur Mas a la hora de plantear al Gobierno la convocatoria de una consulta soberanista.

La campaña cerró también con la incógnita sobre qué formación ocupará la segunda posición en escaños, ya que, según algunos sondeos, tanto el PPC como ERC tendrían la oportunidad histórica de, por primera vez en la actual etapa democrática, desbancar a los socialistas de esta posición en unas autonómicas.

Otros escenarios abiertos que se despejarán mañana por la noche son si Ciutadans confirma el ascenso que le otorgan las encuestas, si ICV mantiene su posición o sube aprovechando sus críticas a los recortes y si Solidaritat per la Independència (SI) -la sorpresa de 2010- sigue o no en el Parlament.

Ha sido una campaña singular, con más incógnitas sobre el escenario posterior al 25N que sobre la continuidad de Mas como president, con una huelga general de por medio y con el foco mediático de los últimos días apuntando a un informe sobre una supuesta financiación ilegal de CiU por el caso Palau de la Música.

Este asunto ha marcado el tramo final de la campaña y ha endurecido las críticas hacia CiU, cuyo líder, Artur Mas, ha llegado a hablar de un "montaje con la finalidad de intentar alterar por vías no democráticas y seguramente no legales la voluntad del pueblo de Catalunya".

Las declaraciones sobre esta cuestión han sido una constante en los últimos días, llegando a eclipsar incluso asuntos clave como la financiación autonómica y el pacto fiscal planteado por CiU, cuyo rechazo por el Gobierno sirvió de argumento a Mas -junto con la manifestación de la Diada- para convocar elecciones anticipadas.

Ha sido, en definitiva, una campaña más en clave general que autonómica, tal y como el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que ha estado cuatro veces durante estos quince días, definió durante el mitin central del PPC en Barcelona al decir que estos comicios son "más importantes que las generales".

También numerosos medios internacionales han seguido estos días la campaña, especialmente atentos a la evolución del debate Catalunya-España en un contexto de crisis económica.

Probablemente habrá sido también la campaña catalana desde 1980 con un mayor protagonismo de la UE, con el propio presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ratificando que si Cataluña se separase de España tendría que empezar a negociar su adhesión a la Unión Europea.

Tras quince días eléctricos en los que los partidos se han conducido con las luces cortas puestas en el 25-N pero con las largas apuntando al día después, la campaña cierra el telón y el lunes, parafraseando una película de Bernard Travernier, podría decirse que "Hoy empieza todo"... Pero primero tendrán que hablar las urnas.

Y por eso, precisamente, Mas apeló ayer al electorado a dar mañana un "mensaje histórico". En una declaración realizada en el Mercado del Born, en Barcelona, en donde se hallan los restos arqueológicos de la contienda de 1714, Mas dijo: "El mundo nos estará observando atentamente el domingo y tenemos la oportunidad de mostrar la mejor expresión cívica de nuestra democracia y de hacer llegar claramente un mensaje histórico".