Vitoria. Cada vez más partidaria de apoderarse de su futuro político para ganar cotas de autogobierno, y al tiempo más crítica con las instituciones y quienes las gobiernan. Cada vez más libre y dispuesta para el debate, y menos lastrada por el triste eco de la violencia. Y sobre todo, y por encima de todo, cada vez más preocupada y golpeada por los efectos de esta brutal crisis que ya extiende su demoledor impacto directo sobre casi uno de cada dos vascos.
Estos son algunos de los trazos que conforman el siempre cambiante retrato de la sociedad vasca realizado por el Gabinete de Prospección Sociológica del Gobierno Vasco, que ayer hizo públicos los resultados de su último informe sobre la percepción que tienen los ciudadanos de la CAV de la situación sociopolítica actual por boca de su responsable, Victor Urrutia.
Los problemas relacionados con el mercado de trabajo y la situación económica en general copan el ranking de preocupaciones de este Sociómetro superando de largo la importancia que los vascos conceden a los demás problemas. No en vano, con un 75% de los encuestados afectado ya por la crisis, las cifras arrojan un panorama desolador: un 43% dice haber sufrido la congelación de sus ingresos; el 41% denuncia que ha perdido su empleo; un 40% ha sufrido recortes salariales...
Además, mientras la preocupación por el terrorismo cae a límites testimoniales -es citado como tal solo por un 2%, cuando llegó a ser la principal preocupación para la mitad de los vascos-, y se duplica la libertad que los ciudadanos sienten para hablar de política "con todo el mundo", el drama de los desahucios se refleja también en una gran preocupación por la vivienda.
Obviamente, fruto de esta fotografía socioeconómica, la percepción no sólo no es buena, sino que empeora respecto al anterior estudio, realizado el pasado mes de junio. Así, el 79% de los encuestados consideran la situación económica que vive Euskadi como mala o muy mala, si bien este dato sigue siendo mejor que el que dan los ciudadanos del conjunto del Estado, que elevan esta percepción negativa de la situación hasta el 96%.
Preocupaciones políticas Quizá porque este estudio se realizó al filo del arranque de la carrera hacia las recientes elecciones autonómicas -entre el 1 y el 5 de octubre-, quizá a raíz de la reapertura del debate sobre el modelo de Estado, avivado ahora también desde Cataluña, el Sociómetro refleja un repunte del interés de los vascos por "los problemas ligados a la política". De hecho, estos se abren paso como la tercera preocupación de los ciudadanos, siendo la única cuestión que logra codearse con el imperio de los efectos de la crisis, si bien lo cierto es que solo un 30% dice sentirse muy o bastante interesado por la política en general.
En este contexto, el sentimiento nacionalista gana cotas paulatinamente entre unos ciudadanos que, además, se sitúan mayoritariamente en la izquierda. Y, si bien en esta ocasión no se pregunta por la dicotomía no nacionalista-autonomista-independentista, la pregunta sobre el modelo de Estado que prefieren los vascos responde en buena medida a esta cuestión revelando una realidad cuya evolución se comprueba en contraste con los estudios anteriores. El pasado mes de febrero, un 40% de los encuestados apostaban por mantener el modelo actual. Ahora sin embargo se registra un claro aumento de la pulsión soberanista, ya que los partidarios de seguir como hasta ahora han bajado hasta el 32% -al margen de la minoría que avala la recentralización-, mientras que aumentan en siete puntos porcentuales -hasta el 52%- quienes ven necesario un cambio de marco, siendo ya un 25% los que piden lograr una mayor autonomía y un 27% los partidarios de "optar por la independencia".
Al margen de la cuestión jurídico-política, los ciudadanos también fijan prioridades a sus representantes políticos; principalmente fomentar la creación de empleo y proteger los servicios sociales rechazando los recortes, especialmente en Sanidad y Educación, si bien solo un 9% aprueba tener que pagar más impuestos para mantenerlos.
Suspenso generalizado En todo caso, el Sociómetro vuelve a desnudar la creciente desafección que los ciudadanos sienten hacia sus instituciones y quienes las gobiernan. Todas las administraciones pierden cotas de confianza ciudadana respecto a junio, y solo los Ayuntamientos obtienen un aprobado raspado (5,4). Entre todas, destaca la pérdida de confianza que han sufrido el Congreso y el Gobierno español tras la mayoría absoluta obtenida por Rajoy hace un año, lo que les lleva a obtener un 2,5 sobre 10.
Por partidos, el Sociómetro anticipa lo que luego reflejarían los ciudadanos en las urnas, con PNV y EH Bildu al frente de sus preferencias. Y, líder por líder, se repite el suspenso aunque con una sorpresa: la llegada de la novata Laura Mintegi al puesto de política mejor valorada. En esta escala -en la que solo puntúan a los candidatos los ciudadanos que dicen conocerlos, lo que nivela la balanza- la dirigente soberanista destaca con un 4,3, seguida de cerca por el jeltzale Iñigo Urkullu (4,2) y el socialista Patxi López (4). Ya rezagados, cierran la lista el popular Antonio Basagoiti (2,3) y Gorka Maneiro, de UPyD (2).