Bilbao. Una vez despejada la fórmula de gobierno por la que se decantará el PNV, y asumiendo que los acuerdos sobre crisis, paz y autogobierno habrán de trabajarse después de la investidura de Iñigo Urkullu y en el transcurso de la legislatura, el partido podrá centrar sus próximas conversaciones en cuestiones más técnicas. Según ha podido saber DNA, seguirá hablando esta misma semana o en las próximas sobre la Mesa del Parlamento, las comisiones del legislativo, los senadores de designación autonómica y EITB, al tiempo que se da por sentado que la composición del Tribunal Vasco de Cuentas, el órgano fiscalizador de la CAV, también estará sobre la mesa.
En cuanto a la Mesa del Parlamento, y tras haber descartado el Gobierno de coalición, los jeltzales tratarán de reservarse dos de los cinco puestos, una petición que no resultaría fuera de lugar si se tiene en cuenta la representación parlamentaria, y que los otros tres puestos serían ocupados por EH Bildu, PSE y PP. El PNV se quedará previsiblemente con la presidencia, que ocuparía Bakartxo Tejeria, y con la secretaría segunda, ya que la vicepresidencia primera debería recaer en la coalición de Laura Mintegi como segunda fuerza más votada. El PSE se quedaría con la vicepresidencia segunda, y el PP amarraría la secretaría primera. Los jeltzales esperan, así, que el reparto de cargos concuerde con el peso parlamentario de cada fuerza, y que no se presente a ojos de la ciudadanía como un mero cambalache o cambio de cromos. El burukide Koldo Mediavilla, además, no previó ayer ningún sobresalto en la composición de la Mesa, que se encarga de admitir a trámite las propuestas parlamentarias y de fijar el calendario de sesiones, entre otras funciones. "Hay sintonía, y no hemos oído nada en contra de que la presidencia corresponda al PNV", dijo.
Donde sí puede haber mayor debate es en la designación de un nuevo director general para EITB, una de las plazas fuertes de la CAV, o en la composición del Tribunal Vasco de Cuentas. Aunque desde el PNV no hayan apuntado en esa dirección, y aunque los actuales miembros del órgano fiscalizador aún dispongan de tres años más de mandato, parece asumido que esa cuestión estará sobre la mesa, en tanto en cuanto su composición se corresponde más con el anterior Parlamento que con el resultado que han arrojado las últimas elecciones. El tribunal, formado por siete miembros nombrados por mayoría absoluta, fue renovado en junio de 2009, coincidiendo con la llegada de López. Cuenta con cuatro integrantes designados por PP y PSE -los populares colocaron al presidente José Ignacio Martínez Churiaque, y la vicepresidencia recayó en José Miguel Bonilla, con el beneplácito socialista-, frente a los tres sugeridos por el PNV.