vitoria. El PNV comenzó a principios de esta semana su ronda de contactos con los partidos al objeto de explorar acuerdos que garanticen la gobernabilidad de la CAV. Al otro lado de la mesa, se topó con unas formaciones dispuestas al diálogo y no cerradas en banda a un entendimiento -salvo UPyD-, aunque pidieron bajar a lo concreto más allá de los principios generales, y pusieron objeciones a algunas de las propuestas de las filas de Iñigo Urkullu. El escenario permanece abierto con vistas a la semana entrante, cuando harán saber al partido de Sabin Etxea si creen oportuno proseguir con los encuentros para profundizar en eventuales acuerdos una vez examinado el documento de iniciativas del PNV, articuladas en tres bloques sobre la crisis, la paz y el autogobierno. Por lo pronto, y a la espera de esa respuesta, el horizonte podría presentarse más despejado en el caso del acuerdo interinstitucional que propone Iñigo Urkullu.
Con ese pacto de no agresión, las formaciones se comprometerían a no impedir la aprobación de los presupuestos en las instituciones gobernadas por los firmantes. La fórmula podría resultar atractiva para EH Bildu y PP, que gestionan las diputaciones de Gipuzkoa y Araba en minoría; pero también podría convenir al PSE, en los ayuntamientos controlados por los socialistas. Bajo ese prisma se entendería que, hasta ahora, haya sido esa propuesta la que ha despertado un mayor grado de aprobación. Ayer mismo, el diputado general de Álava Javier de Andrés aseguraba en declaraciones a Europa Press que sería "oportuno" llegar a acuerdos entre los partidos que faciliten que todas las instituciones puedan aprobar sus presupuestos. El popular no solo lo consideró conveniente, sino que lo estimó probable, teniendo en cuenta que todas las administraciones "se están viendo abocadas a reducir sustancialmente sus gastos", y que los partidos coincidirían en los asuntos prioritarios que habría que salvar de la tijera. "Si se actúa con realismo, no es difícil y, desde luego, sería lo conveniente", opinó el diputado general.
El PP, que gestiona Araba en minoría con 16 escaños, consiguió aprobar sus presupuestos a finales del pasado año con el apoyo del PSE -la entente entre López y Basagoiti seguía viva-, y con la abstención del PNV, que se decantó por dar vía libre a las cuentas tras pactar unos matices y al llegar a la conclusión de que, en tiempos de crisis, sería más oportuno contar con unos presupuestos mejorables que no tener ningún plan económico. La ruptura del pacto con los socialistas deja al PP en una posición más incierta con vistas a la aprobación de las próximas cuentas.
Firmando el pacto interinstitucional, el partido se garantizaría, por lo menos, el apoyo del PNV a sus cuentas -si nadie más entrara en esa alianza-, a cambio de favorecer la aprobación de los presupuestos del Gobierno. En ese caso, el apoyo de los jeltzales brindaría la mayoría absoluta necesaria a De Andrés para aprobar sus cuentas. Sin embargo, al PNV no le bastaría con que únicamente el PP comulgara con el pacto, ya que ambos quedan a un asiento de lograr la mayoría absoluta en el Parlamento Vasco. Sería necesaria la confluencia, al menos, de EH Bildu -que ha marcado distancias en materia económica con los jeltzales en las últimas jornadas-, o del PSE, que ayer también quiso mostrarse proclive al entendimiento.
Fue el portavoz socialista José Antonio Pastor quien, en declaraciones a Europa Press, coincidió en buscar la estabilidad presupuestaria porque lo planteado por el PNV "viene a ser una continuación" de lo que habría propuesto el PSE en los últimos años. "Entiendo que hay posibilidades de acercamiento con el PNV y con el resto de partidos, a la luz de lo que hemos ido oyendo que ha dicho cada uno de ellos", sostuvo Pastor.
sin entrar en el gobierno De Andrés, por su parte, abrió el foco hacia otros pactos para juzgar "adecuado" el planteamiento de Urkullu de "buscar un acuerdo básico de participación de distintos partidos". "No solamente hay unas mayorías concretas en el Parlamento, luego hay otras mayorías en Bizkaia, Gipuzkoa y Araba. La complejidad del país a lo que anima, y comparto mi opinión con el PNV, es a un acuerdo amplio en el que participen distintas fuerzas políticas", dijo. El popular apostó por aprovechar a la "tradición de colaboración" de PNV, PSE y PP -obvió a EH Bildu-, y se abrió a colaborar en la gobernabilidad de la CAV, aunque sin entrar en el Ejecutivo vasco porque no lo cree "adecuado".