Madrid. La Comunidad de Madrid será la segunda tras Cataluña en cobrar, a partir del año que viene, un euro por receta expedida con el fin de reducir el gasto farmacéutico, una medida que, según su presidente, Ignacio González, "se adopta con carácter no recaudatorio, sino disuasorio". Se da la circunstancia de que el PP madrileño, bajo la batuta de Esperanza Aguirre, criticó duramente esta medida calificándola como copago cuando se impuso a nivel estatal.

González aseguró ayer en rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno en el que se aprobaron las Cuentas para 2013, que aunque el presupuesto en materia sanitaria bajará un 7% el próximo año, "el peso de la sanidad en las cuentas públicas aumentará en 5 puntos, pasando a representar el próximo año un 45% del total del gasto".

González especificó que habrá un límite de cobro anual que se fijará en 72 euros y que lo que espera su gobierno es "seguir impulsando el uso eficiente de los medicamentos" y que no tiene carácter recaudatorio "porque tiene un escaso impacto económico" que cifró en 83 millones al año. Quedarán exentos de pagar esta tasa algunos colectivos, como las personas afectadas por síndrome tóxico, discapacitados, receptores de la renta mínima de inserción, personas que cobren pensiones no contributivas o parados que hayan agotado el subsidio por desempleo (hasta que cambie su situación). Sí pagarán la tasa los jubilados con pensiones contributivas, que además continuarán pagando el porcentaje que establece el real decreto ley del Gobierno en función de su renta. Para justificar el nuevo impuesto, González remarcó que "España es el segundo país de la UE en consumo de medicamentos, un 15% por encima de la media, y que los madrileños atesoran más de 45 millones de medicamentos en sus domicilios, muchos de ellos sin abrir". Además, señaló que en las comunidades autónomas que ya cobran esta tasa la reducción del gasto farmacéutico "ha sido siete puntos superior al resto".