Vitoria. "Es tiempo de unidad. No son tiempos de enfrentamientos internos, para el protagonismo individual buscando minutos de gloria. Aquí ni ha habido ni habrá expedientes por pensar distinto. Las ideas se presentan en el seno del partido y no en los periódicos. Para eso es el congreso". Palabra de Patxi López, secretario general del PSE-EE que ayer compareció ante el Comité Nacional del partido para hacer un análisis de los resultados electorales del 21 de octubre y, al final de su intervención, dedicó esta frase a la crisis que atraviesa el partido en Álava, sin mencionarla expresamente.
Un mensaje que parece directamente destinado al sector crítico del partido, que el lunes rompía su silencio de los últimos meses con una nota en la que su principal cabeza visible, el edil gasteiztarra Juan Carlos Alonso, cuestionaba el análisis "autocomplaciente" que la dirección del partido en Araba ha hecho de la debacle electoral de las autonómicas y denunciaba el intento por parte del secretario general, Txarli Prieto, de expedientar a este sector. Esta maniobra fue desmentida por Prieto y su tramitación fue negada por la Ejecutiva vasca y López volvió ayer a referirse a ella. "Aquí ni ha habido ni habrá expedientes por pensar distinto", dijo el líder de los socialistas vascos, en una afirmación que cabe interpretar también como un aviso a navegantes al sector oficial alavés, al que los críticos acusan de haber preparado un documento en el que se reclamaban medidas disciplinarias contra algunos de ellos, con el argumento de que estaban actuando al margen del partido al haber promovido la celebración de reuniones con la militancia para dar a conocer y trabajar en su alternativa en favor de una regeneración de la formación en el territorio.
Tirón de orejas de López al divorcio público que atraviesa el partido en Araba que, por lo demás, remitía a resolver en el congreso ordinario que el partido celebrará en "enero o febrero". Se maneja como probable que la cita sea a finales de enero, dejando los cónclaves territoriales -momento en el que el PSE alavés parece abocado a la decisión entre dos listas para la nueva dirección- para principios o mediados de febrero.
Cambios y paños calientes Evidenció López la necesidad de afrontar una renovación -"nuestro viejo partido se está convirtiendo en un partido viejo" y "si la organización del partido se está quedando, en algunos aspectos caduca, con el discurso político nos está pasando lo mismo"-, "un cambio profundo" de "ideas, propuestas, organización y personas", añadió, aunque hace una semana ya confirmó su intención de presentar su candidatura para repetir al frente de la secretaría general del partido.
Esta necesidad de cambio se sostiene sobre el varapalo del 21 de octubre, que López enmarcó en "un ciclo de malos resultados electorales". Poco más allá fue el análisis autocrítico de unos resultados que el líder de los socialistas vascos arropó de paños calientes, afirmando que sus actuales 16 parlamentarios -nueve menos de los que tenía en la recién concluida legislatura- están "en la media, quizás algo por debajo" de lo que han sido otras elecciones autonómicas en las que participó la izquierda abertzale. La referencia que utilizó el dirigente socialista fueron los 18 aforados logrados en 2005, cuando el PSOE estaba "en uno de sus mejores momentos"; lo que le llevó a concluir que el resultado del 21-O es "más que digno".
López achacó el castigo de las urnas a la crisis "que tiende a castigar a quien gobierna", a la desafección por la política "que afecta más a los partidos de ámbito nacional" o a gente que "en contra de toda evidencia, ha entendido que el PNV era el voto útil para frenar a Bildu".
La legislatura del PSE El dirigente socialista acompañó este análisis de una encendida reivindicación de su labor al frente del Gobierno Vasco -"hemos sido la frontera del pasado", "estoy totalmente convencido de que cada uno de nosotros podrá decir con orgullo: yo estuve allí"- que situó como base del trabajo a realizar a partir de ahora en la oposición. No hubo referencias en este discurso -el resto de la reunión se celebró a puerta cerrada- al encuentro mantenido por la mañana con el PNV en Sabin Etxea con vistas a la formación del próximo Gobierno Vasco.
A partir de ahí, perfiló tres grandes ejes de debate para el próximo congreso con ese objetivo de renovar el discurso: socialdemocracia y Estado de Bienestar, democracia y autogobierno.