Bilbao. El tiempo transcurrido desde la noche electoral no ha sido suficiente para hacer aflorar algún atisbo de autocrítica por los malos resultados electorales del domingo. En la comparecencia de ayer, el secretario general de los socialistas vascos evitó cualquier reproche a su partido, salvo las alusiones a que "no se han cubierto las expectativas" y "no se ha conseguido movilizar" a su potencial electorado en una campaña marcada por la crisis económica y la pugna entre opciones nacionalistas. Al igual que había hecho unas horas antes Idoia Mendia, el lehendakari en funciones alabó la labor del Gobierno que aún preside, de tal manera que incidió en que el trabajo de su gabinete "ha servido de freno a la caída de votos".
A la pregunta de si su valedor en Madrid, el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, debería responsabilizarse de los malos resultados electorales en la CAV y Galicia, López señaló que él fue quien se presentó como aspirante a lehendakari. "Me voy a someter al Congreso [del PSE] y veremos qué dicen los compañeros de Euskadi", zanjó. En todo caso, anunció que ha convocado un Comité Nacional del PSE para el próximo día 30, donde los socialistas analizán con mayor profundidad los resultados y tras el cual abrirán "un periodo de reflexión" hasta el congreso de los primeros meses de 2013, en el que López testará si cuenta con la confianza de sus compañeros para seguir como secretario general.
contactos con el pnv En clave de política vasca, el lehendakari en funciones manifestó que está a la espera de que Iñigo Urkullu se ponga en contacto con el PSE para avanzar en la conformación de un nuevo gobierno. Respecto a dichas negociaciones, López se comprometió a "escuchar", pero puso en cuestión la idea de pactos transversales, porque el PNV "no ha dicho ni en qué sentido ni con qué contenido; es hablar en el vacío", concluyó. Lo que sí dejó claro que una línea rojs que no piensa sobrepasar es pactar unos presupuestos en los se "recorte en sanidad, educación o prestaciones sociales". "Ahí no vamos a entrar", aseveró. Ante la posibilidad de que el nuevo ejecutivo del PNV se decante por un gobierno de coalición o un pacto de legislatura, manifestó que no ve "muy por la labor a algunos de hacer esas cosas".
Hasta que, previsiblemente, el presidente del EBB del PNV se convierta en lehendakari, López prometió gestionar "con responsabilidad el día a día", hasta que se produzca el traspaso de poderes, "con lealtad institucional, colaboración y absoluta transparencia".
Preguntado cómo será el papel de los socialistas en la oposición, se comprometió a realizar una "oposición responsable y leal en las instituciones". El lehendakari en funciones evidenció las difíciles relaciones que mantiene con el PNV cuando lanzó un mensaje confuso al negarse a aclarar el sentido que quería dar a una manifestación que había realizado momentos antes: "Nuestra oposición no será menos responsable que la ha hecho el PNV en estos cuatro años". En este misma línea de lanzar la piedra y esconder la mano, significó que el PSE no ha hecho "revancha política. Otros no pueden decir lo mismo".