Santiago. El presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, subrayó ayer ante la dirección de su partido que los resultados electorales en Galicia demuestran que la "responsabilidad" y la "coherencia" en las políticas son "rentables a medio y largo plazo".

El jefe del Ejecutivo insistió en esta idea al subrayar que esas políticas "coherentes" y hechas con responsabilidad reciben "al final" el respaldo de la ciudadanía, como se ha demostrado en Galicia al revalidar la mayoría absoluta. Rajoy agradeció además al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, la "política valiente" que está haciendo en Galicia, en una reunión en la que el presidente gallego recibió la felicitación de todos los presentes.

En la rueda de prensa posterior, María Dolores de Cospedal consideró que en los comicios gallegos no solo se decidía el aval o no al Gobierno de Feijóo, sino que también se ponía en cuestión "lo apropiado o no" de un determinado tipo de políticas, que son "las del PP en toda España" y que han contado con el apoyo mayoritario. Ha sido, en opinión de Cospedal, un respaldo "con carácter general" hacia las políticas de los populares, basadas en "plantarle cara a los problemas" y en buscar las "soluciones más oportunas y necesarias".

Medidas que, según la secretaria general, aunque son "difíciles" e "impopulares" se han percibido como "necesarias e imprescindibles" por la ciudadanía, y "lejos de alejar" a esta han contado con su respaldo. En este sentido hizo suyas las palabras que Feijóo dijo el domingo tras conocerse su victoria sobre que si los españoles no hubieran entendido que dichas políticas difíciles y duras no fueran necesarias este resultado no habría sido posible.

La interpretación de que este triunfo puede servir al presidente gallego para postularse como sucesor de Rajoy fue negada tanto por el propio Feijóo como por Cospedal.

Así el presidente de la Xunta lo consideró "un disparate" e, incluso, "un chiste", mientras que Cospedal quiso zanjar el debate asegurando que "el sucesor de Mariano Rajoy es Mariano Rajoy".

El PPdeG, con 41 diputados y 643.713 sufragios, el 45,52% del total, rozó en las elecciones autonómicas celebradas ayer igualar su mejor resultado, los 43 escaños alcanzados en 1993, pese a que ha perdido unos 145.000 votos.

De los comicios del domingo en Galicia quedan aún por computar los votos de la emigración, que en este caso no serán significativos, al contrario de lo que ocurrió en 2009, cuando el voto exterior restó un escaño a los populares.

Pese a la pérdida de sufragios, concentrada especialmente en A Coruña y Pontevedra, el PPdeG ha considerado "histórico" su triunfo en las urnas al lograrse en un momento de crisis económica y habida cuenta de que el desgaste sufrido por sus adversarios en las urnas ha sido mayor, a excepción de la fuerte irrupción de Xosé Manuel Beiras al frente de Alternativa Galega de Esquerda en coalición con IU, que logra 9 escaños y supera al BNG. El desplome de PSdeG y BNG es el que ha permitido al partido que lidera Alberto Núñez Feijóo poder enjugar la pérdida de apoyos y traducirla en tres escaños más en el Parlamento de Galicia, al pasar de 38 a 41 diputados.