Amenazaba lluvia en una fría mañana de domingo mientras dos largas columnas de coches se discutían parsimoniosas el acceso a las campas de Foronda. "Pasa, pasa tú". "No, no. Bueno. Eskerrik asko". Saludo y sonrisa. Ni un mal gesto. Es lo que tiene saberse miembros de un mismo corazón.

Decenas de miles de fieles respondían un año más a la llamada del PNV inasequibles al desaliento. "Llevamos años sin perdernos esta fiesta. ¡Décadas algunos! ¿Cómo no íbamos a venir a esta edición con lo caliente que está la cosa?", explicaban los más madrugadores. Y es que el de ayer no era un Alderdi Eguna más. Conjugaba la esperanza de ver consolidada definitivamente la paz con la intensidad de una coyuntura política marcada por la reapertura del debate sobre el modelo de Estado y, sobre todo, por la inminencia de la cita con las urnas que puede devolver el poder a un PNV que ya se ha cansado de calentar el banquillo de la oposición. Y todo esto hacía que fuera percibida por la masa social jeltzale como una cita diferente, especial.

el fin de eta

Una ilusión por concretar

El anuncio del cese definitivo de la violencia "es algo que hace que estemos en un tiempo diferente. Una ilusión; lo que faltaba para que Euskadi avance", destacaban los algorteños Xabier y Miren.

Su impresión era compartida por la mayoría de los presentes, si bien muchos de ellos preferían marcar distancias y quitar protagonismo a "la bicha". Al menos hasta que no se concrete su desaparición total, lo que aún despierta recelos en la familia jeltzale. "¿ETA? Ni nos acordamos de ella. Sí, han quitado el peso que nos ponían encima, pero hace más de 20 años que lo tenían que haber hecho". "Además, ojo, que aún siguen estando ahí", alertan Gorka, Aitor y Gotzon desde Zestoa, paladeando aún la victoria de la Real.

modelo de estado

Cataluña y la senda de Ibarretxe

Los ecos de la situación catalana resonaban por Foronda. Con sus similitudes,... y sus diferencias. Y siempre contextualizando la situación actual desde un prisma compartido: "Lo que piden ahora, ya lo hemos pedido nosotros hace tiempo". "Mira Ibarretxe, que fue a Madrid con una propuesta de solución para entendernos y al final, a todo que no; amenazas judiciales,..." "¡A ver si ahora van a apuntar contra los catalanes y acaba alguno yendo para adentro!", comenta una cuadrilla vizcaína que, como muchos otros, tiene pocas esperanzas de que sus demandas lleguen a buen puerto y creen que "se solucionarán con algún dinero". "Eso sí, ojalá aquí encontráramos la unión entre partidos que tienen allí sobre el derecho a decidir. ¿Por qué no pueden apoyar esto todos los partidos que se dicen democráticos?", matizan mirando al futuro desde el valle de Aiara Jose Mari, Isabel y Gaizka.

las elecciones

Garra, movilización,... y ¿pactos?

Pero si una clave flotaba en todos los corrillos era la próxima cita con las urnas. Porras sobre el reparto de escaños, posibles pactos postelectorales,... nada escapaba al análisis de quienes ayer acudieron a Foronda.

Que Urkullu iba a gobernar era un fijo en todas las quinielas. Pero a la hora de forjar entendimientos, la cosa estaba menos clara. La tendencia mayoritaria es que se base en "acuerdos puntuales en cada momento", aunque "lo natural" es que se encuentre sobre todo con EH Bildu para avanzar en el terreno de la soberanía, explicaban desde Plentzia, aun con recelos, Maria Jesús, Isabel, Floren y Rafa. "Sobre todo visto lo que el PSE ha hecho estos años y las pullas que nos tiran", matizaban.

Más allá de esto, entre la familia jeltzale también se echaba de menos la garra de Xabier Arzalluz, que "cuando cogía el micrófono, levantaba hasta a los muertos". Y una mayor presencia de Ibarretxe. "Esperaba más de los discursos. Un Urkullu más claro y más intenso", aportaba desde Getxo Jabi. En todo caso, de cara al 21-O, todas las voces confluían para pedir y ofrecer "movilización y trabajo", tomando impulso de este Alderdi Eguna tan especial.