Vitoria. El Ministerio del Interior que dirige Jorge Fernández Díaz sigue tratando de cerrar la brecha que su actuación en el caso Uribetxebarria abrió con las principales asociaciones de víctimas de ETA. Eso sí, defendiendo sin dar un paso atrás las razones que le llevaron a abrir la puerta de la excarcelación de este recluso basándose en el estado terminal del cáncer que sufre y que desarrolló en prisión.
Fue una decisión que agitó las aguas del entorno popular afectando incluso a la paz interna del propio partido con su eurodiputado Jaime Mayor Oreja y la ya ex presidenta de Madrid Esperanza Aguirre como banderas de la crítica interna a una decisión que dijeron a los cuatro vientos no compartir.
Por eso, después del balsámico homenaje a las víctimas en el que la cúpula del PP echó el resto para reconciliarse con las asociaciones más mediáticas, Fernández Díaz aprovechó ayer la celebración de la patrona de Instituciones Penitenciarias para repetir estrategia mandando un doble mensaje a sus críticos en un acto en el que aseguró que "a los terroristas se les derrota también en las prisiones" y reconoció la labor de los encargados de hacerlo entregándoles más de veinte medallas al mérito profesional.
La ley; guste o no La fortaleza de la sociedad reside en la firmeza del Estado de Derecho cumpliendo siempre la ley, advirtió el ministro, "tanto cuando sus efectos nos satisfacen como cuando sus consecuencias nos repugnan profundamente". "Somos más y mejores que los terroristas", subrayó su mano derecha en las cárceles, Ángel Yuste, en defensa de sus argumentos, antes de que el ministro pasara a cargar las tintas en el otro lado de la balanza arremetiendo contra los verdugos "que en más de una ocasión pretenden disfrazarse de víctimas".
Así, Fernández Díaz elogió la labor de los funcionarios de prisiones por cuanto, aseguró, trabajan "con la ley" como único instrumento frente a quienes "quieren imponer un modelo totalitario de muerte y violencia", y también se reservó un momento para abogar por la reinserción de los penados frente a quienes discuten esta premisa constitucional. Si la sociedad no es capaz de recuperar a estas personas, se estará "cimentado el conflicto en nuestras calles", les advirtió asomándose por un momento al futuro.
Consciente de las dimensiones del conflicto, Yuste ofreció otro capotazo al entendimiento con los críticos remitiéndose a su fe en que la reforma del Código Penal logre zanjar estas discrepancias entre las normas legales que todos dicen compartir y las consecuencias necesarias que exige, dijo, su aplicación.
Pedraza reprende al juez Los discursos políticos y la entrega de medallas dieron paso a un acto social en el que se mezclaron responsables del Gobierno, jueces, y representantes de colectivos de víctimas. Entre ellos, Ángeles Pedraza, presidenta de la AVT y una de las voces más beligerantes con la decisión de dejar en libertad a Iosu Uribetxebarria.
Los corrillos se sucedían y unos y otros aprovechaban la cercanía del acto para intercambiar opiniones. Y con el fiscal jefe de la Audiencia Nacional como interlocutor, Pedraza tuvo oportunidad de protagonizar un cara a cara con José Luis Castro, el Juez de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, que apoyó la liberación de este preso. "Encantada de conocerte pero, con todo el respeto, no hay derecho a lo que nos han hecho", le reprochó, a lo que el magistrado, tan parco como diplomático, se limitó a responder: "tenemos pendiente una comida".