Bilbao.El PNV tiene claro que, si accede al Gobierno, el impuso al tren dealta velocidad será una de sus políticas clave. Aunque la ejecución delas obras dependa de los ejecutivos vasco y español, fuentes jeltzalesexplicaban ayer a DEIA que las diputaciones y los ayuntamientos tambiénpueden condicionar la marcha de las obras a la hora de concederpermisos de obra o diseñar estaciones. Por ello, y sin perder de vistael rechazo que suscita el proyecto entre las filas de Bildu, y lastiranteces o la "competencia" que pueda surgir entre las tres capitalesde la CAV, la formación de Sabin Etxea se propone forjar un acuerdo decolaboración institucional para remar en la misma dirección, y hacerposible la obra en el menor tiempo posible y dentro de los plazosprevistos.
Los jeltzales pretendenque tanto el Gobierno como los entes forales y los consistoriosprestigien el proyecto para que se convierta en un eje vertebrador deEuskadi. "Una cosa es la construcción, y otra ponerla en valor para queEuskadi se convierta en una única urbe. Para ello, debe contar con elapoyo de las diputaciones. Las instituciones deben trabajar desde lacomplementariedad y no desde la competencia", explican desde laformación. Iñigo Urkullu avanzó ayer esa idea en un acto celebrado enel Museo Marítimo de Bilbao, donde presentó las candidaturas del PNVpor Bizkaia, y donde abogó por "recuperar el espíritu de laconcertación entre las instituciones públicas". "Vamos a plantear unplan concertado de inversión para la mejora de nuestrasinfraestructuras", dijo.
A juicio delcandidato, la llegada del TAV a Bilbao, Gasteiz y Donostia permitirámejorar la conectividad y la movilidad entre las capitales vascas, loque atraería proyectos de innovación, seducidos por esas óptimasconexiones. Aunque Urkullu no citó en ningún momento a Bildu, el PNV nopierde de vista su oposición al proyecto, que no sería anecdótica si setiene en cuenta que gestiona la Diputación de Gipuzkoa y un buen puñadode ayuntamientos. "Tenemos que superar fronteras mentales", lanzó ayerUrkullu. La candidata de EH Bildu Laura Mintegi ya ha apostado encampaña por pedir una moratoria de infraestructuras como el tren dealta velocidad que puedan tener una dudosa o nula viabilidad. El PNV,por su parte, apuesta sin fisuras por el proyecto, y también ha marcadode cerca al Gobierno español para que cumpla sus compromisos deinversión, y para que el tren pueda salir del túnel en 2016.
Urkullutambién abogó por un plan de mejora de las infraestructuras "con visiónde futuro". Según fuentes jeltzales, pasaría por desarrollar un modeloterritorial sostenible con infraestructuras competitivas. Partefundamental de ese plan sería el propio TAV, pero contemplaría nuevasobras que impulsen el equilibrio territorial, la competitividad de lasempresas y la actividad turística. La defensa de las infraestructurasbebería de la necesidad de impulsar la inversión y el empleo pararetornar a la senda del crecimiento.
Porotra parte, aseguró que un Gobierno bajo su dirección no aplazaría latoma de decisiones y, aunque matizó que no habrá presupuestos el 1 deenero -por los plazos de la investidura-, dijo que sí habrá un Gobiernocomprometido con el rigor, el control del gasto y la garantía de laspolíticas públicas.