Bilbao. Un mes después del inicio del conflicto con las víctimas del terrorismo tras la concesión del tercer grado al preso de ETA enfermo de cáncer Iosu Uribetxebarria, el Partido Popular escenificó ayer el enterramiento del hacha de guerra con este colectivo durante el acto de entrega del XV Premio a la Convivencia Miguel Ángel Blanco. De este modo, los populares quisieron poner fin a un enfrentamiento que alcanzó su cota más alta con la Marcha por la justicia que la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) protagonizó el pasado día 8 hasta la prisión de Zaballa, bandera de la vía Nanclares. Aún así, el acercamiento no es absoluto, y pese a que el presidente español, Mariano Rajoy, presente ayer en Bilbao, aseguró que no negociará "nunca con los terroristas", la presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, dijo que "sigo pensando que Bolinaga [Uribetxebarria] tendría que estar en la cárcel".

El malestar de las víctimas con la política antiterrorista del Gobierno español, y más concretamente con la gestión de la situación penitenciaria del secuestrador de José Antonio Ortega Lara, era una vía de agua que la formación liderada por Rajoy no se podía permitir, menos aún en la antesala de las elecciones autonómicas del 21 de octubre. Este conflicto se dejó notar con fuerza incluso en las propias filas del PP, con el tenso Comité Ejecutivo del día 3 en el que Jaime Mayor Oreja y Esperanza Aguirre censuraron la actuación del Ejecutivo en el caso Uribetxebarria. Ello provocó las amargas quejas del presidente del PP en la CAV, Antonio Basagoiti, que lamentó el daño que este rifirrafe provocaba a su partido en plena precampaña.

Por todo ello, la escenografía y los discursos estuvieron perfectamente medidos en el acto solemne organizado por la Fundación Miguel Ángel Blanco en la sala Multibox de la sede de EITB en Bilbao. Mariano Rajoy, que ocupó el estrado de oradores en último lugar, echó mano de su discurso más duro y afirmó que nunca cederá a "ningún tipo de chantaje por parte de quienes han practicado y alentado el terror". Agregó que tampoco transigirá "con las ambigüedades y los cálculos de quienes pretenden sacar rédito de los mismos".

Interrumpido por los aplausos de los presentes en numerosas ocasiones, el presidente español confesó no poder explicarse las "ambigüedades, tibiezas y componendas de quienes han buscado pretextos al terror". Ante esta actitud, garantizó que el PP "está y ha estado siempre donde había que estar: con las víctimas y sus familias, con la libertad y la justicia, con la ley y los derechos individuales, con la vida".

"Perseguimos la derrota no solo de la práctica terrorista, sino de la pretensión totalitaria que la intenta justificar. El nuestro es el lenguaje del Estado de Derecho, el de la ley, el lenguaje firme y sin flaquezas de todos los demócratas. Es la superioridad moral de actuar conforme a unas leyes que nos mantienen leales a sus principios, incluso cuando más pesar nos produce su aplicación", señaló en referencia directa a Iosu Uribetxebarria. Rajoy concluyó apelando a la unión de los demócratas, ya que "sigue siendo la mejor manera de honrar a nuestras víctimas y también de desterrar para siempre el terror y su ambición totalitaria del País Vasco y de toda España".

Disolución En el primer discurso de la tarde, el presidente del PP en la CAV, Antonio Basagoiti, ensalzó el papel de las víctimas afirmando que "se han significado desde el primer minuto por su intachable calidad democrática y su respeto a la justicia y al Estado de Derecho". Asimismo, defendió que los miembros de su partido hablan "el mismo lenguaje que las víctimas porque también las tenemos y porque nuestras mujeres, maridos o hijos han podido formar parte del colectivo en cualquier momento".

"Nunca nos vamos a salir del camino correcto, que es el que han marcado las víctimas. Ese camino, el único válido, es el de la memoria y la dignidad, y el que hace justicia a Miguel Ángel Blanco y a todos y cada uno de los asesinados. Se lo debemos a las víctimas y a la sociedad. Os lo debemos a vosotros, Miguel, Consuelo y Mari Mar. Y se lo debemos a tu hermano", añadió dirigiéndose a la familia del edil asesinado hace 15 años.

Sin embargo, advirtió de que el PP no se conforma solo con que ETA "diga que no atenta y baje la persiana", sino que "hay que liquidar ese negocio del crimen, no puede quedar una sola piedra del proyecto totalitario de ETA". Basagoiti aseguró que "la disolución incondicional de la banda es imprescindible e innegociable, el País Vasco tiene que ser España antes y después de ETA, y así va a ser". Concluyó que "la rebelión de Ermua ha puesto a los comandos contra las cuerdas y ahora hace falta otra rebelión que acabe con el fanatismo identitario, que desprestigie las ideas de ETA y ponga en valor la democracia y la libertad".

Al final del acto, la presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, valoró en declaraciones a DNA que "se ha nombrado mucho a las víctimas, creo que era un homenaje por y para las víctimas y me siento satisfecha de que se hayan acordado tanto de nosotros". Agregó que "para mí, el sentido era homenajear a Miguel Ángel Blanco en su 15 aniversario. He estado aquí con su familia igual que lo he hecho todos los años desde que soy víctima".

Preguntada por si el acto suponía un acercamiento con el Gobierno del PP, dijo que "yo nunca he roto los puentes. Creo que las víctimas tenemos voz y voto, y yo he dicho lo que pienso y lo voy a decir siempre. Ahí está la democracia, en que cada uno pueda reivindicar con todo el respeto aquello en lo que cree". Respecto a sus críticas por el caso Uribetxebarria, afirmó por tanto que "eran un cambio de opinión sobre un hecho concreto que se produjo" y se reafirmó en las mismas: "sigo pensando que Bolinaga tendría que estar en la cárcel".

Derrota incondicional A la sede de EITB llegaron primero los miembros y dirigentes de las principales asociaciones de víctimas del Estado, como la Fundación de Víctimas, las fundaciones Fernando Buesa y Manuel Broseta, Covite y la AVT. La aparición en último lugar de Mariano Rajoy, que se hizo de rogar casi 10 minutos, provocó que los presentes se pusieran en pie y rompieran en aplausos.

Ejerció de anfitriona Mari Mar Blanco, parlamentaria del PP y presidenta de la Fundación Miguel Ángel Blanco, que presentó al presidente español a las principales representantes de las víctimas, como Ángeles Pedraza, Maite Pagazaurtundua y Pilar Elías. Rajoy se sentó en primera fila entre la propia Mari Mar y los padres de Miguel Ángel, Miguel y Consuelo. Por su parte, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ocupó un asiento junto a la presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza. Ésta ha sido especialmente dura con su labor, negándose a reunirse con él hasta en dos ocasiones tras la concesión del tercer grado a Uribetxebarria -finalmente, acercaron posturas en un encuentro celebrado el día 10-.

La cuota de disidencia no solo estuvo protagonizada por las víctimas. Así, Jaime Mayor Oreja y José María Aznar no acudieron a la capital vizcaina, pero sí se personó el eurodiputado Carlos Iturgaiz, otro de los cargos del PP que ha denunciado que se atendieran las demandas del preso de ETA.

El XV Premio a la Convivencia recayó en la sociedad española, en general, en reconocimiento a los millones de personas que entre el 10 y el 12 de julio de 1997 se movilizaron en contra del terrorismo. El galardón fue recogido por el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y alcalde de Santander, Iñigo de la Serna. Mari Mar Blanco protagonizó una larga intervención en la que defendió que el Gobierno del PP es "escrupulosamente fiel" a la memoria y la dignidad de las víctimas, y que trabaja por la derrota incondicional de ETA.