bILBAO. El PNV volvió a convertir ayer al programa y la gestión económica en el principal eje de su campaña. Conscientes de que la crisis copa las preocupaciones de los ciudadanos, y de que su hoja de servicios en la superación de los baches de los años ochenta y noventa desde el Gobierno Vasco podrían otorgar un plus a su candidatura, los jeltzales exprimirán esa veta de cara a la cita del 21 de octubre.
Tras cargar contra el endeudamiento y el "desgobierno" del Ejecutivo del cambio de PSE y PP, el partido hizo extensibles sus críticas a Bildu, a quien acusó de refugiarse en los símbolos y la pancarta para presentarse como "los campeones del abertzalismo" sin tener en cuenta que Euskadi se construiría día a día desde la gestión responsable de las instituciones vascas. El presidente del EBB también quiso poner el acento en el reconocimiento del dolor causado por ETA para avisar de que el nuevo tiempo "hay que ganarlo sin amnesias selectivas".
El candidato del PNV a lehendakari, Iñigo Urkullu, se expresó en esa clave durante su intervención en una jornada sobre Buen Gobierno celebrada por los jeltzales en la Cámara de Comercio de Donostia. Arropado por la candidata a la presidencia del Parlamento, Bakartxo Tejeria, y por cargos de Gipuzkoa, el presidente del EBB avisó de que "ser abertzale hoy en Euskadi significa levantar todos los días la persiana". "Crear confianza para aprovechar todas las oportunidades de crecimiento económico que se nos presenten. Construcción nacional a plazo fijo. Para que cada día que pase podamos ser un poco menos dependientes que el día anterior. No construye un país quien más grita. O quien más alardea de abertzalismo", lanzó.
Urkullu tomó como base la gestión en la Diputación de Gipuzkoa, la máxima cota de poder institucional que ha conseguido la izquierda abertzale en su historia, y banco de pruebas de la acción de gobierno de Bildu, duramente criticada por el resto de formaciones.