Vitoria. Tensa cita la de ayer en Génova 13; quizá la que más mano izquierda ha exigido a Mariano Rajoy desde que la inercia de su victoria en las pasadas generales ayudara a calmar la soterrada guerra de tronos larvada tras sus derrotas ante José Luis Rodríguez Zapatero.
Los cuarteles generales del PP acogían la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del partido, en el que, además de su cúpula, se dan cita los principales barones; algunos de los cuáles, como Esperanza Aguirre desde Madrid o Jaime Mayor Oreja desde su púlpito europeo, lideran desde su designación como delfín de Aznar la contestación interna a Rajoy.
Las elecciones de la CAV y Galicia y la sempiterna crisis estaban llamadas a marcar la cita. Sin embargo, entre ambas se coló un tercer tema que marcó la reunión desnudando las rencillas internas: el del caso del preso Iosu Uribetxebarria y la solución que le ha dado Interior.
Oreja prendió la llama tras conocer la decisión de Jorge Fernández Díaz de abrir la puerta a su liberación "por razones humanitarias". "Estamos alimentando" la fortaleza de todo el colectivo que rodea a ETA, criticó Oreja, que además, aferrado a su teoría de que Rajoy mantiene vivo el proceso que el Gabinete Zapatero abrió con ETA, pidió interrumpirlo.
el pp no negocia El actual responsable del Gabinete de Interior se tomó más de media hora para tratar de convencer a los críticos de que todas sus decisiones fueron conformes a lo que marca la ley. No quedaba más camino, "por mucho que nos repugne y nos duela", remachó en su ayuda Alberto Ruiz Gallardón.
Sin embargo estos no parecieron quedar conformes, y mientras la lideresa -como se autoproclamó Aguirre en su día- se limitó a dejar caer que se podía haber buscado una interpretación aún más restrictiva de la ley, el ahora eurodiputado no dudó en airear una vez más su crítica. Especialmente toda vez que Fernández Díaz recurrió a las medidas que tomó Aznar hacia los presos durante su última negociación con ETA para responderle. Era un contexto distinto, ya que antes Batasuna estaba siendo ilegalizada y ahora se encamina hacia el poder, apuntó por toda respuesta un Oreja que entonces lideraba precisamente Interior.
Al cierre de la reunión, María Dolores de Cospedal trató de rebajar este enfrentamiento hablando por boca de un Rajoy que, fiel a su estilo, contestó sin contestar a sus críticos. El Gobierno apoya lo hecho por Fernández Díaz porque se ha limitado a cumplir la ley, y no admite asumir "ninguna herencia" de las "negociaciones" que pudo dejar el PSOE. "Ni negocia ni negociará", ni admite "ningún chantaje", insistió la secretaria general del PP, resumiendo las conclusiones con las que Rajoy trató de zanjar la que ya pasa por ser la mayor crisis conocida en su cúpula desde que accedió a La Moncloa.