DONOSTIA. En 1986, el entonces lehendakari, José Antonio Ardanza (PNV), disolvió el Parlamento y adelantó al 30 de noviembre de ese año las elecciones que debían de haberse celebrado en 1988.
Posteriormente, el lehendakari Juan José Ibarretxe anticipó al 13 de mayo de 2001 unos comicios que correspondía celebrar en octubre 2002.
En esa ocasión Ibarretxe superó dos mociones de censura por parte del Partido Popular (PP) y el Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE).
Por otro lado, en Asturias se celebró la última convocatoria anticipada de elecciones autonómicas el pasado 25 de marzo.
El entonces presidente Francisco Álvarez Cascos las convocó a finales de enero, a raíz de que el Parlamento rechazara su proyecto de presupuestos para ese año y era la primera vez que ocurría en una comunidad no histórica.
Este hecho se producía tan sólo ocho meses después de las elecciones autonómicas del 22 de mayo de 2011, en las que Foro Asturias obtuvo 16 diputados.
Con sus votos y la abstención de los 29 restantes (PSOE, PP e IU), Álvarez Cascos fue elegido presidente del Principado el 15 de julio y al día siguiente prometió el cargo.
En Cataluña también se adelantaron las elecciones autonómicas en dos ocasiones: La primera en marzo de 1996, cuando el entonces presidente de la Generalitat, Jordi Pujol (CiU), anticipó al 19 de noviembre de 1995 los comicios que hubieran correspondido en marzo de 1996.
En 2006 fue su sucesor Pascual Maragall (PSC-PSOE) quien adelantó las elecciones para el 1 de noviembre de ese año, tras la salida de ERC del gobierno tripartito, cuando tendrían que haberse celebrado en el otoño de 2007.
En el caso de Andalucía sólo una vez se han adelantado elecciones. Se fijaron para el 3 de marzo de 1996 -en coincidencia con las generales- cuando tenían que haberse celebrado en junio de 1998.
Por segundo año consecutivo, el presidente de la Junta, Manuel Chaves (PSOE), no había logrado aprobar los presupuestos para su comunidad.
Mención aparte merece la Comunidad de Madrid, donde tras las elecciones del 25 de mayo de 2003 se produjo una crisis institucional sin precedentes debido a la ausencia voluntaria de dos diputados socialistas: los tránsfugas Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, que impidieron la investidura del socialista Rafael Simancas.
Tras cumplirse el plazo de dos meses desde la primera votación de investidura sin que ningún candidato obtuviera la confianza de la Asamblea, el presidente en funciones, Alberto Ruiz Gallardón, convocó nuevas elecciones para el 26 de octubre de ese año, en lo que fue la legislatura más corta de la democracia española.
En Galicia, Manuel Fraga (PP) rompió en 2005 su tradición de celebrar las elecciones en octubre y las adelantó unos meses, a junio.