madrid. El presidente del Congreso, Jesús Posada, anunció ayer que el presupuesto de la Cámara para 2013 estará marcado por la "austeridad", con reducción de gastos en partidas como obras, viajes o protocolo. En cuanto al sueldo de los diputados, se les aplicará lo mismo que se decida para los funcionarios.
Posada quiso dejar claro que "la austeridad va a seguir en el Congreso" en el presupuesto del año que viene. Por un lado, habrá unas medidas de carácter general, como el sueldo de los diputados, que estarán determinadas por lo que decida el Gobierno en relación con los funcionarios y los empleados públicos.
Al no ser una decisión suya, no se atreve a dar por hecha una nueva congelación de los salarios de los parlamentarios. "No me atrevo a decirlo porque dependerá mucho de la posición global del Gobierno con respecto a los funcionarios -explicó-. Todo lo que es de carácter general (remuneraciones, fondo de pensiones, etcétera) son decisiones que vienen globalmente dadas y aunque el Congreso y el Senado son autónomos para hacer su presupuesto siempre hemos seguido esas directrices".
Pero luego están los gastos del Congreso, donde piensa hacer "el mayor esfuerzo posible para hacer lo mismo con menos". "Haremos todo lo posible para que nuestro presupuesto sea lo más austero", adelantó, apuntando ya recortes en partidas como obras que no sean absolutamente necesarias, viajes y gastos de representación. "En el Congreso va a seguir la austeridad, indudablemente. Sabemos que tenemos que hacer sacrificios, pero estamos dispuestos -insistió-. No se trata de disminuir nuestras actuaciones sino de gastar mejor y de gastar menos".
Posada admite preocupación por el hecho de que la clase política sea el tercer problema de España a juicio de los españoles y reconoce que "entre elector y elegido se va abriendo un foso de desconfianza". A su juicio, un aspecto que debe mejorarse "claramente" es buscar que los elegidos sean personas adecuadas, que tengan una formación.