madrid. El secretario de Organización del PSOE, Óscar López, consideró ayer "incomprensible que el Gobierno haya estado desaparecido" este verano y haya estado quince días de vacaciones, con una coyuntura económica como la actual y con España "ardiendo por los cuatro costados".

López se quejó de que el Ejecutivo se marchó de vacaciones a comienzos de agosto y que incluso su presidente, Mariano Rajoy, "anunció que volvía y se volvió a ir otros cinco días" a Doñana, tras descansar en Galicia. A López le resulta "incomprensible que en una situación como la actual y en un verano como éste el Gobierno haya estado desaparecido".

El dirigente socialista se mostró convencido de que este verano "los españoles han echado en falta un Gobierno que estuviera al frente en una situación económica muy complicada, con varios problemas en el país, con España ardiendo por los cuatro costados". Sin embargo, el Ejecutivo y su presidente "han desaparecido, y eso es un error del que tendrán que dar explicaciones".

Unas explicaciones que deberían empezar, a su entender, por el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, cuya comparecencia ante el pleno del Congreso ha pedido el PSOE para que informe sobre los graves incendios forestales de los últimos días y su ausencia mientras se quemaban miles de hectáreas.

Para López, es "intolerable que Cañete primero se vaya a los toros y luego venga para insultar y montar una bronca contra las comunidades autónomas", enfrentándose con ellas y culpándolas de la gravedad de los fuegos.

Frente a esa actitud del ministro, López entiende que la obligación del Gobierno es colaborar en la extinción de incendios con las comunidades y no enfrentarse a ellas.

Aunque el PSOE está dispuesto a estudiar la propuesta que realice el Gobierno o el PP para endurecer las penas contra los pirómanos, el número tres de los socialistas deseó que la intención de Cañete no sea "lanzar tinta de calamar para no debatir sobre el fondo, que es cómo ser eficaces en la lucha contra incendios".

También se refirió López a la decisión del Gobierno de que a partir del 1 de septiembre la sanidad primaria deje de atender a los inmigrantes sin papeles, una medida que tacha de insensata, que "encierra un poquito de xenofobia" y que supondrá dejar sin derechos "a colectivos enteros".

Eso se traduce en acabar con la universalidad del sistema público de salud, precisó, para agregar a continuación que se están alimentando muchas dudas sobre qué va a hacer el Ejecutivo, si realmente va a dejar de atender a los inmigrantes enfermos.

Del mismo modo, criticó el copago farmacéutico y la exclusión de algo más de 400 medicamentos de la Seguridad Social, y resumió que todas estas medidas no son para ahorrar o para ingresar más, sino para llevar a cabo "un recorte sistemático de la sanidad pública española, la joya de la corona".