Abascal dice preferir seguir con escolta a que España se rompa
Bilbao. Pese al nuevo tiempo abierto tras el fin definitivo de las actividades de ETA anunciado el pasado 20 de octubre, el exparlamentario del PP en la Cámara vasca Santiago Abascal lo tiene claro: "Prefiero una España con escoltas pero unida, que libre pero rota". En declaraciones a Intereconomía, dice esperar que sus hijos no tengan que ir a la universidad con guardaespaldas, como fue su caso. Sin embargo, añade que "para mis hijos deseo otra cosa: una España unida. Prefiero que vayan con escolta en una España unida que libres en una España rota".
El motivo de la entrevista es la difusión, a través de la cuenta de Twitter de Abascal, de diversos documentos de las amenazas que ha sufrido a lo largo de los años, incluyendo una foto de restos de animal depositados en el interior de su coche o una carta de extorsión recibida por su abuelo. Preguntado por si tiene intención de publicar un libro sobre este tema, el exdirigente popular dice que se lo está planteando y aclara la dedicatoria que utilizaría: "A aquellos españoles que por patriotismo no se resignan al expolio de su nación".
Nacido en Bilbao en 1976, Santiago Abascal es descendiente de dirigentes del PP en Araba, y su abuelo fue alcalde de Amurrio durante el franquismo. A los 18 años se afilió al partido, y fue parlamentario entre 2004 y 2009. Alineado con la expresidenta de la formación, María San Gil, cuando ésta abandonó la formación en 2008 Abascal pasó a un segundo plano. De hecho, tras la elección de Carlos Urquijo como delegado del Gobierno en la CAV, era el siguiente en la lista para ocupar su escaño en el Parlamento. Sin embargo, el actual presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, impidió esta posibilidad.
En la entrevista en Intereconomía, el presidente de la Fundación para la Defensa de la Nación Española, Denaes -que fundó en 2006-, rememora la presión del entorno radical sufrida por su familia. Asegura que "mi abuelo jamás pagó a los terroristas, lo que me llena de orgullo. Otros sucumbieron y con su miedo financiaron los crímenes de ETA". Agrega que "por encima de la seguridad de los nuestros está el interés general. Por duro que suene, nunca hay que ceder ante ETA. Y pagar una extorsión lo es".