el cairo. La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, se pronunció ayer por una continuidad del cambio democrático en Egipto en su primera reunión con el presidente islamista Mohammed Mursi. Es importante que el proceso prosiga, aseveró la jefa de la diplomacia estadounidense tras el primer encuentro entre ambos ayer en El Cairo. Mursi, por su parte, sufrió una derrota jurídica en su disputa con el Consejo Militar al declararse ayer el Tribunal de Casación egipcio incompetente para estudiar la petición presentada por el Parlamento sobre la forma de aplicar un fallo de la Corte Constitucional que ordenó su disolución.

Clinton puso en perspectiva ayuda para la economía egipcia y subrayó: "Nuestros intereses estratégicos conjuntos pesan más que nuestras diferencias de opinión. Queremos ser un buen socio para Egipto". El encuentro estuvo acompañado de protestas por parte de opositores a los Hermanos Musulmanes. Ante el hotel donde Clinton pasó la noche unos mil manifestantes se concentraron para reprochar al gobierno de Estados Unidos haber apoyado a los partidos del Islam y no a los "revolucionarios" en los países donde se ha registrado la "primavera árabe". Los manifestantes gritaban: "contra la intromisión de Estados Unidos en la política egipcia". También delante del palacio presidencial se concentraron decenas de personas. Clinton salió al cruce de estas declaraciones diciendo que los propios egipcios deben decidir quién los gobierna. Washington respaldó durante décadas al régimen Mubarak, derrocado en febrero de 2011, argumentando que Egipto era un pilar de la estabilidad, la paz y la seguridad.