Bilbao. Los cinco jefes de División de la Ertzaintza confirmaron ayer su plante y calificaron de "inasumible" el dispositivo de seguridad planteado para las dos etapas de la Vuelta que discurrirán este año por el País Vasco, que concede un papel preponderante a la Guardia Civil en detrimento de la Policía vasca, que tiene la competencia en materia de tráfico. Agregaron que dicho dispositivo, fruto del "principio de acuerdo" al que llegaron el Ministerio y la consejería de Interior en una reunión celebrada el 5 de junio en Madrid, "supone una vulneración de los acuerdos alcanzados el año anterior, que respetaban las competencias de los cuerpos de seguridad implicados".

No solo eso: los nagusis de las divisiones de Tráfico, Seguridad Ciudadana, Antiterrorista, de lo Criminal y Disciplinaria revelan que, mucho antes de este encuentro, advirtieron al Departamento que dirige Rodolfo Ares de que se estaban produciendo una serie de "problemas de competencias" entre las Fuerzas de Seguridad del Estado y la Ertzaintza. De hecho, explican que el 9 de mayo remitieron un informe al consejero en el que "se enumeraba el incremento que se había registrado en los últimos meses de las disfunciones".

En una carta abierta hecha pública a través del servicio de prensa del propio Departamento de Interior, y que está firmada por "los jefes de División de la Ertzaintza", éstos manifiestan, por tanto, su preocupación por el hecho de que la Policía española y la Guardia Civil le estén comiendo terreno a la Er-tzaintza en el ámbito de sus competencias. Una circunstancia que se ha agravado en los últimos meses, coincidiendo prácticamente con la llegada del PP a La Moncloa, y que se ha traducido en una multiplicación de controles por parte de la Policía española. Unas actuaciones que "hacía muchos años que no se producían" y que no proceden porque "la competencia de orden público es de la Ertzaintza", según fuentes conocedoras de la situación.

Tal y como adelantó este diario ayer, este malestar de los jefes de División, que tuvo su punto culminante con el dispositivo establecido para la Vuelta, redundó en un plante ante el consejero Rodolfo Ares y en un amago de dimisión en bloque. Según fuentes del propio Departamento, habrían amenazado a su vez con recurrir a la vía judicial si no se reconducía la situación, lo que situó a la cúpula de Interior al borde de una crisis sin precedentes. En su carta de ayer, pese a calificar de "supuesta" esta amenaza de dimisión, los nagusis no la desmintieron.

Menos sutil, el Departamento de Interior envió ayer otro comunicado para "desmentir rotundamente" que los jefes de División amenazaran con dimitir. Al mismo tiempo, calificó de "rotundamente falso que cerrara un pacto con el Ministerio para subordinar el papel de nuestra policía al de la Guardia Civil". En su carta abierta, los jefes de División aseguraron que, tras trasladar al Departamento las "discrepancias técnicas" detectadas sobre el plan para la Vuelta, el consejero les manifestó "su preocupación por este asunto" y les trasladó que "no aceptaría una vulneración de las competencias de la Ertzaintza". Sin embargo, el debate sigue abierto.

Un agente de la Ertzaintza, durante la etapa de la Vuelta a España que pasó por Bilbao en 2011. Foto: Irekia