vitoria. En su bitácora personal, Urkullu también se detuvo en el Manifiesto por una Convivencia en Paz hecho público la víspera, por sorpresa tras un lustro de trabajos fuera de la presión de los focos informativos, por víctimas de violencias tan diversas como las causadas durante estos años por ETA, el GAL, los diversos cuerpos policiales y otras organizaciones como el Batallón Vasco Español. Para el dirigente jeltzale se trata de un "acontecimiento muy importante" que pone el acento en una clave que dijo compartir: la necesidad de asumir que es preciso "seguir con la revisión crítica y autocrítica del pasado". La convivencia es posible y para restañarla "es necesario el reconocimiento del daño causado, así como la asunción de responsabilidad por quien lo ha causado", subrayó Urkullu, dándose así la mano con las conclusiones presentadas por este heterogéneo grupo de víctimas; un trabajo por el que felicitó a la Dirección de Atención a las Víctimas del Gobierno Vasco así como a los expertos que contribuyeron al avance de Glencree.
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