vitoria. Rafael Caride, condenado por el atentado contra el Hipercor de Barcelona de 1987, manifestó a Robert Manrique, uno de los heridos en dicho atentado, que hay presos que quieren desmarcarse de la banda armada pero no lo hacen por "miedo", según afirmó ayer el propio Manrique tras la reunión mantenida con el recluso desvinculado desde hace años de ETA y contrario a su actividad violenta. Manrique señaló que, aunque Caride no le ha pedido perdón, "sí ha mostrado su "sentimiento de culpa".
En declaraciones a los periodistas a su salida de la cárcel alavesa de Zaballa, Manrique ofreció detalles del contenido del encuentro. Esta víctima mostró su "satisfacción" por el resultado de la reunión, en la que no ha estrechado la mano de Caride debido a que este gesto podría molestar a otras víctimas por el "dolor" que el preso ha causado con sus atentados. El preso, siempre en palabras de Manrique, aceptó la utilización del término "terrorismo" para la actividad que llevó a cabo en ETA, aunque muestra su preferencia por la expresión "lucha armada". Caride destacó la necesidad de que la izquierda abertzale "reconozca el daño causado" porque "hasta hace poco ha jaleado la violencia", por lo que ahora debe "asumir su responsabilidad". Manrique dijo que el recluso le aseguró que existen otros presos que, al igual que él y otros disidentes de ETA que permanecen en la cárcel de Zaballa, quieren dar ese paso, aunque no lo hacen por "miedo" a la presión que podrían recibir sus familias en sus respectivos pueblos.
Asimismo Manrique apeló a la necesidad de "fomentar" la división que existe en el seno de los presos de ETA entre quienes permanecen fieles a las directrices de la dirección de la banda y quienes se han alejado de ella. Por ese motivo, Manrique animó al Ministerio del Interior a seguir desarrollando este tipo de encuentros que, a su juicio, contribuyen a dicha "división". Todo ello, siempre que las víctimas así lo quieran.