DAMASCO. Kofi Annan, el enviado especial conjunto de Naciones Unidas y la Liga Árabe para Siria, advierte al Consejo de Seguridad de la ONU que la crisis en el país árabe podría empeorar con rapidez y solicita al organismo que ejerza una "presión sustancial" sobre Damasco, además de consecuencias por el incumplimiento de su plan de paz, según fuentes diplomáticas.
Coincidiendo, los observadores de la ONU pudieron visitar la zona de Al Qubeir, escenario de una masacre que dejó decenas de víctimas el pasado miércoles después de que el ejército les impidieran acceder
Un grupo de cascos azules llegó a Al Qubeir para examinar la situación y estuvo en la zona durante una hora y, según las fuentes tuvieron que esperar para acceder hasta asegurarse que la carretera era segura.
La oposición siria acusó al régimen de perpetrar esta masacre, en la que murieron mujeres y niños, pero las autoridades de Damasco niegan cualquier implicación en ella y culpan a grupos terroristas.
Las fuentes señaló que la Misión de Supervisión de la ONU en Siria (UNMIS) difundirá un informe con las conclusiones de su visita a Al Qubeir, situada en la zona de Maarzaf, en la provincia central de Hama.
Los observadores trataron de evaluar la situación sobre el terreno, pero el jefe de la misión, el general Robert Mood, se quejó de que fueron bloqueados en varios puntos por el Ejército y grupos de civiles. Mood expresó su preocupación porque les impide "observar, evaluar e informar sobre lo ocurrido".
Estas declaraciones contrastan con la versión de las autoridades sirias, que aseguran, según una fuente oficial citada por la televisión, que los cascos azules entraron en Al Qubeir y que para ello se les dio todas las facilidades. La autoría de la masacre también genera controversia. Damasco asegura que un grupo terrorista cometió la matanza, que causó la muerte de nueve personas, y señala que tras esta se desataron enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y hombres armados.