Madrid. Las aguas siguen revueltas en el proceloso universo del Poder Judicial. Pese al intento de su presidente de cerrar el escándalo de sus gastos oficiales, la pugna sigue abierta en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

Aun con todo, Carlos Dívar sigue de momento sin plantearse la dimisión, pese al creciente descontento entre los vocales por la dimensión alcanzada por la polémica de sus viajes a Marbella, que le ha hecho perder apoyos en el órgano de gobierno de los jueces.

La preocupación y el malestar ante el daño a la imagen del Poder Judicial que ha provocado la denuncia del vocal José Manuel Gómez Benítez, por los gastos de una veintena de viajes de Dívar cargados al Consejo, lejos de haber desaparecido, sigue presente, según han reconocido a Efe fuentes del CGPJ.

La última muestra de que no se puede dar por terminada la crisis ha sido la petición de tres de los vocales que solicitaron a Dívar su dimisión -Margarita Robles, Félix Azón e Inmaculada Montalbán- que, dejando en evidencia a su presidente, han pedido comparecer en el Congreso y en el Senado para dar cuenta de sus gastos y de todo lo acontecido en los últimos treinta días.

De momento, el presidente del CGPJ no tiene tampoco intención de solicitar su comparecencia en el Parlamento, aunque su disposición es que, si le llaman, acudirá a la cámara.

Algo que no parece muy probable después de que el PP haya rechazado en varias ocasiones las peticiones de comparecencia de Dívar formuladas por la Izquierda Plural y el PSOE con el argumento de que el Congreso no es competente para controlar la organización interna del órgano de gobierno de los jueces.

Un ejemplo de que los vocales son más que conscientes de la delicada situación que atraviesa la institución es el ambiente que estos días se vive en la sede del CGPJ. "Mucha reunión y mucho pasillo", indican las fuentes consultadas por Efe.

En esa ida y venida de despachos ya no participan solo los vocales más críticos con Dívar, sino que hasta en el sector conservador hay ya quien empieza a pensar que la situación tiene una difícil salida y que incluso es posible que vaya a más.

A esta visión han contribuido en los últimos días las informaciones llegadas desde Málaga sobre los encuentros que Dívar mantuvo en sus viajes a Marbella.

Ayer mismo el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Lorenzo del Río, admitió que se ha reunido alguna vez con él, pero que "no ha revisado las fechas" de esos encuentros.

dívar, más débil En esa misma línea, fuentes municipales de los ayuntamientos de Málaga y Marbella han confirmado que Dívar se reunió en varias ocasiones con los alcaldes de esas localidades, pero no han podido asegurar que las fechas de esas entrevistas fueran las que el presidente del CGPJ aportó a la Fiscalía.

Pero lo que está claro es que la maniobra llevada a cabo por los tres vocales para dar cuentas de sus gastos ante el Congreso y el Senado deja a Dívar en una posición "más débil" y aumenta la presión sobre una eventual dimisión.

El ofrecimiento de estos vocales pone en evidencia, según fuentes del Poder Judicial citadas por Europa Press, que Dívar se "enroca" en su negativa a comparecer voluntariamente en el Parlamento, mientras que ellos demuestran que no tienen ningún gasto o actividad que ocultar. Con todo, la Mesa del Congreso rechazará el próximo martes su petición de comparecer en la Comisión de Justicia de la Cámara Baja para dar cuenta de su trabajo y su postura sobre los gastos de viajes, según informaron fuentes parlamentarias.

El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, aseguró ayer que los hechos referidos a la veintena de viajes "no son constitutivos de delito" a juicio del Ministerio Público.