La polémica se avivó hoy por unas declaraciones de Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, que dijo que si los aficionados de ambos equipos pitan al himno español o a los miembros de la familia real que asistan el encuentro, éste debería suspenderse y disputarse a puerta cerrada.

Cardenal, que se encuentra en la ciudad canadiense de Quebec para apoyar a la candidatura olímpica de Madrid, ha indicado a Efe que no hay ninguna opción de que la final se vea afectada en su disputa por esta polémica.

"Hay que recuperar la calma", ha afirmado el secretario de Estado, que ha hablado desde Canadá con el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, para trabajar en ese sentido. "No se puede olvidar que la final la van a disputar dos equipos de los que se puede decir que más cariño tienen a esta competición", afirmó.

"No solo este año han sacrificado otras competiciones o reservado a jugadores para la Copa, sino que además son los que más veces la han ganado. En sus más de cien años de historia han acreditado que es su competición favorita", ha añadido.

Cardenal ha subrayado que las dos aficiones "van a viajar de forma masiva a Madrid desde Barcelona, Bilbao y toda España, pagando unas entradas que por cierto son muy caras. Nadie paga tanto para ponerse a silbar".

"Son aficiones que vibran con esta competición y que están pendientes del gran espectáculo de una de las principales citas del calendario deportivo español. Han demostrado históricamente su señorío, sabiendo ganar y perder y respetando al rival", ha indicado.

Respecto al recibimiento a las autoridades, Cardenal ha apuntado: "En el tiempo que llevo en el CSD, si algo me ha quedado claro es el enorme agradecimiento de los deportistas, los dirigentes y las aficiones a la familia real, a la que consideran con justicia responsable, en parte, del buen momento del deporte español".