DONOSTIA. ETA sigue chocando con el inmovilismo del Gobierno español. La organización armada, empeñada en sacar de su enroque al Gabinete que preside Mariano Rajoy, hizo público ayer un nuevo comunicado donde volvía a reclamar a los Ejecutivos español y francés "abordar el diálogo directo" para la superación del conflicto armado, anunciando incluso que ya ha nombrado a una delegación para este menester. Madrid, sin embargo, respondió con más de lo mismo: "jamás" negociará con ETA y cualquier aporte al proceso pacificación queda supeditado a la disolución de la organización armada. París, mientras tanto, se limitó a mostrar su respaldo al Estado español.

El encargado de fijar la posición de Madrid respecto al comunicado del grupo armado fue el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y lo hizo durante el pleno del Congreso de los Diputados. En el mismo escenario, el diputado de Amaiur Iñaki Antigüedad se sumó al diálogo a tres bandas saliendo al paso de la tan manida exigencia del Gabinete Rajoy -la de la disolución de ETA- y preguntaba al titular de Interior si se va a "fiar" del grupo armado el día que anuncie su disolución: "Si no se fía un pimiento de los verificadores, ¿se va usted a fiar de ETA si mañana dice en un comunicado que se disuelve?".

El parlamentario de la coalición abertzale -que efectuó ayer su última intervención en el Congreso tras verse obligado a renunciar a su escaño por incompatibilidad con su puesto de profesor en la UPV- trató de desarmar el argumento al que se aferra el PP para justificar su cerrazón, calificando el término de "palabra-chicle", recordando que el IRA no ha emitido comunicado alguno anunciado su final y reclamando al Gobierno español que ponga medios, al margen de los policiales, para comprobar la "certeza" de la disolución en el hipotético caso de que esta llegara a producirse.

Fernández Díaz, en su réplica, rechazó todos los argumentos esgrimidos por Amaiur, y definió disolución como "que ETA anuncie no solo que cesa, sino que cesa de existir y que desmantela todas sus estructuras". A partir de ahí, reiteró que el Estado español no necesita ni de verificadores ni de negociaciones, ya que los recursos policiales les son suficientes, pues hasta les permiten conocer "perfectamente" el estado de la organización. "Nos basta con la Guardia Civil y la Policía, díganselo ustedes -Amaiur- a los señores de ETA: si de verdad se disuelven, nos sobran los verificadores".

Lejos de los rifirrafes del Congreso, pero ligado en contenido -Fernández Díaz señaló, basándose en esta coincidencia, que ETA y Amaiur parecen "hojas de un mismo libro"-, la organización armada remitió una nueva declaración a la agencia francesa AFP, un texto en el que reafirma su "total compromiso" con el proceso de pacificación abierto en Euskal Herria y constata su "deseo" de hallar una solución "definitiva" a la problemática.

En el comunicado, ETA pide a los "agentes políticos y sociales" vascos que inicien conversaciones para consolidar el nuevo escenario. Además, insiste en reclamar a Madrid y París que respondan positivamente a la Declaración de Aiete y, como muestra de su buena voluntad, anuncia que ha nombrado una delegación para para abordar el diálogo que trate las consecuencias del conflicto.

El ministro del Interior, sin embargo, fue tajante al respecto: la organización armada se quedará sola en la mesa de negociaciones, pues Madrid "jamás" va a negociar con una "banda terrorista". "Para entregar las armas no hace falta diálogo, sino voluntad para entregarlas", aseveró Fernández Díaz.

política penitenciaria La política penitenciaria fue el otra gran tema sobre el que debatieron Fernández Díaz y Antigüedad en el Congreso. El diputado de Amaiur reclamó al Gobierno español que adapte sus actuaciones en materia carcelaria a "las circunstancias del momento actual", haciendo hincapié en que quienes más sufren la dispersión son los familiares, no los reos.

El ministro popular, sin embargo, replicó con el tan manido pretexto que sostiene el inmovilismo del Gobierno del que forma parte: mientras la organización armada no se disuelva, Madrid no se moverá ni un ápice en materia de pacificación. Además, acusó a la izquierda abertzale de "engañar" a los reclusos, pues "no hay ni habrá amnistía, ni acercamientos masivos, ni negociación, no se finalizará la política de dispersión".

En este sentido, afirmó que ETA impide a los presos acogerse a los programas de reinserción, incluso a los que se muestran proclives a ello, y subrayó las bondades de la política de dispersión, que consigue liberar al recluso de esas presiones. "Quienes se acojan a los programas de reinserción serán acercados y gozarán de beneficios siempre en función de lo que marca la ley -romper con la organización, pedir perdón, asumir las indemnizaciones y colaborar con la Justicia". Esa es, por ahora, la única hoja de ruta que maneja el Gobierno español.