MADRID. Desde las seis y media de la tarde, el sonido de las cacerolas y los aplausos llenan el kilómetro cero de la capital, que desde mediodía celebra numerosos actos y debates para protestar contra la clase política y financiera.

Numerosas personas, ataviadas con paraguas y pañuelos en la cabeza, dado el calor que hace en Madrid, están haciendo sonar las cacerolas y las palmas de sus manos, que alzan hacia arriba para reclamar un cambio de sistema.

Lo hacen tanto jóvenes, como mayores y niños, que están gritado lemas ya conocidos como "únete" o "esta crisis no la paramos" al unísono.

Algunas personas que no disponían de cacerolas han querido sumarse a la protesta, que pone casi cierre al aniversario, haciendo sonar sus llaveros, y todo ello, según decían a Efe, para "desmontar las mentiras del sistema".

"Que no, que no nos representan", gritan los "indignados", algunos de los cuales se han abrazado, emocionados, cuando han comenzado los primeros compases de las cacerolas, porque tal y como señalaba a Efe Carlos Huerga, de la plataforma de afectados por la hipoteca de Madrid, estos días "han sido magníficos".

"Hemos recogido numerosas firmas para pedir que se tramite una proposición de ley para regular la dación en pago y paralizar los desahucios", repetía Carlos.

"Aquí no se para- comentaba-. Al 15M le falta mucho camino; ya llevamos un año con muchas iniciativas y esto es el comienzo. Falta mucho por hacer".

Junto a Carlos, también golpean cacerolas, el llamado grupo de mayores, que están recogiendo firmas para que no les congelen las pensiones. "Ya llevamos, solo aquí en Sol, más de 6.000", apuntaba uno de ellos, antes de unirse a esta cacerolada, a la que se ha sumado también el grupo que ha estado preparando la asamblea que se va a celebrar en breve y que pone en común el orden del día a tratar.

Se han sumado desde la calle del Carmen, junto a Sol, para participar en este sonoro acto, que miran con atención los turistas que pasean por el centro de Madrid, como Steward, un noruego que se mostraba "impresionado" por "este fenómeno".

No obstante, advertía que es muy dificil cambiar el sistema, porque "siempre hay perdedores".

Una ovación tras otra acompaña a esta gran cacerolada, que también escuchan con atención los policías situados en los aledaños de la sede de la presidencia regional.

Y todo ello con pancartas que rezan "Rato, me han quitado la sopa del plato", "Cambiar el mundo ya no es un sueño. Es lo que hacemos todos los días con nuestros pensamientos" o "Razones 12M 15M, porque la salud no es un negocio, porque la educación es un derecho, no un privilegio o porque te están explotando".