El presidente del EBB Iñigo Urkullu, ayer en Sabin Etxea. Foto: pablo viñas

Míriam Vázquez

Bilbao. El presidente del PP de la CAV Antonio Basagoiti confirmó ayer lo que ya se sabía: que da por enterrado su pacto con el PSE. Lo dijo en una entrevista con Punto Radio, sin mayores ceremonias. No obstante, el anuncio contaba con una notable carga de profundidad, ya que el único socio del lehendakari, el que aupó a López a Ajuria Enea, apostaba por adelantar las elecciones. Por ello, el presidente del EBB Iñigo Urkullu propuso que el jefe del Gobierno Vasco se someta a una cuestión de confianza para reflejar en sede parlamentaria si conserva el respaldo de los 39 votos que le avalaron en la sesión de investidura. La propuesta consiste en que, a petición del socialista, el legislativo vote a favor o en contra de su permanencia en Lakua. Si no lograra una mayoría simple, debería dimitir. De esa forma, el PP, a su vez, tendría ocasión de oficializar su apuesta a través de su voto, y de descartar que se trate de una andanada dialéctica sin mayores consecuencias.

La otra alternativa pasaba por presentar una moción de censura. La iniciativa, en ese caso, no debería partir de López, sino de la oposición que, además, debería pactar su apoyo a un candidato alternativo para desalojarle. Ese nuevo lehendakari ocuparía el sillón de Ajuria Enea hasta la celebración de las próximas elecciones, previstas para marzo de 2013, de no mediar un adelanto. No obstante, Urkullu descartó en rueda de prensa la posibilidad de promover esa iniciativa. "No vamos a plantear una moción de censura cuando hay un Parlamento incompleto", zanjó, en referencia a la ausencia de la izquierda abertzale, que no podría votar a favor ni en contra de ceder la Lehendakaritza a otra fuerza.

ni con un candidato del pnv Además, según explican fuentes del partido a DNA, la necesidad de proponer un candidato alternativo exigiría que PP y PNV fueran de la mano. Desde Sabin Etxea recuerdan que los constitucionalistas pactaron para desalojarles del Gobierno, de modo que "no caben acuerdos de ese tipo ni con el PP ni con el PSE", máxime cuando solo quedan unos meses para que acabe la legislatura, y cuando entrevén un adelanto para octubre o noviembre. Los jeltzales descartan promover o apoyar una moción de censura, aunque abogara por colocar a un aspirante del PNV.

El partido se sacude así cualquier responsabilidad sobre el futuro de López, recordando que no tuvo nada que ver con su designación. Sin embargo, no parece probable que el lehendakari asuma el coste de imagen que supondría volver a depositar su futuro en manos del PP sometiéndose a una cuestión de confianza -aunque, para ser desalojado, también debería votar en contra el PNV, que adelantó ayer a este periódico que votaría en ese sentido-. Si se descartan la cuestión de confianza y la moción de censura, al socialista le quedaría aguantar al frente del Ejecutivo buscando acuerdos puntuales con distintos partidos. En ese marco cabría entender la oferta de entendimiento lanzada anteayer al PNV, aunque a López podría aguardarle toda una travesía en el desierto en lo que resta de legislatura, ya que Urkullu descartó ayer convertirse en el apoyo que busca el socialista.

En este sentido, avisó de que "no vale apelar al PNV después de haberlo despreciado". Así, recordó que el PSE rechazó a su partido hace tres años, cuando le ofreció conformar un Gobierno sólido tras las elecciones; evocó su primera reunión oficial con López, celebrada el 9 de junio de 2009, cuando le presentó diez ejes de actuación a los que el socialista no ofreció contestación; y trajo a colación el cónclave entre los tres diputados generales -en aquel momento, del PNV-, el presidente de Eudel y el lehendakari, que tampoco contestó a las propuestas de los representantes forales. Por último, se remitió a la oferta lanzada en febrero, respondida con frialdad por el Gobierno, y que desembocó en la disputa por el estado de la tesorería de Lakua. "Ya estoy escarmentado", resumió Urkullu, para añadir después que el planteamiento de López "no se puede tomar en serio".

Fuentes jeltzales recalcan que el tiempo para un apoyo sistemático ya ha pasado, y que solo unirán sus votos al PSE si les interesa una iniciativa concreta; al tiempo que desechan cualquier comparación entre la situación de López y la de Zapatero, a quien ayudaron a acabar la legislatura en pro de la estabilidad, el autogobierno y la paz. "No somos el soporte del Gobierno", sentencian.

Además, Urkullu opinó que, mientras hace falta un Ejecutivo fuerte que se enfrente a los retos de la crisis y la paz, López ofrecería uno "débil". Ante esa "insostenible" situación, tildó de irresponsable "seguir con un Gobierno desnudo de ideas y estrategias".

"No vale apelar al PNV después de haberlo despreciado. Ya estoy escarmentado"

Iñigo Urkullu

Presidente del EBB del PNV