Madrid/Vitoria. El que fuera considerado número dos de ETA Félix Alberto López de la Calle, compareció ayer en la Audiencia Nacional por primera vez, después de haber sido entregado temporalmente el pasado diciembre por Francia, donde cumple una condena de 12 años de cárcel que el Tribunal de lo Criminal de París le impuso en enero de 2010 por la compra internacional de armas. López de la Calle hace frente en este primer juicio a una petición fiscal de 81 años de prisión por el asesinato de tres guardias civiles durante una prueba ciclista celebrada en 1980 en Agurain.
Tras negarse a contestar a las preguntas formuladas por el fiscal y el resto de acusaciones, López de la Calle se limitó a declarar a preguntas de su abogada que es "militante de ETA" y "acepta" todas sus "acciones" aunque en 1980 se encontraba en Francia y, por tanto, no participó en este atentado. En su última palabra añadió: "¡Gora Euskal Herria askatuta!". Durante el juicio, que quedó ayer visto para sentencia, declaró la viuda de uno de los fallecidos en el atentado, que sigue bajo tratamiento psicológico 32 años después. Uno de los asuntos más comentados, ajeno a la causa, fue el hecho de que López de la Calle luciera durante la vista una camiseta de la selección argentina.
Por su parte, el movimiento Plazara!, en defensa de los derechos civiles y políticos, denunció en un comunicado la celebración de este juicio en "un tribunal de excepción bajo una legislación de excepción" y criticó al Estado francés "por llevar a cabo una entrega temporal, medida de dudoso encaje jurídico", así como "por no tener reparos, ni en éste ni en otros casos, en entregar a ciudadanos vascos a un Estado donde la tortura no ha sido erradicada".