Vitoria. Carlos Urquijo lo tiene claro. A punto de cumplir cien días en su nuevo cargo, el delegado de Mariano Rajoy en la CAV no se salta el guión que llega desde Madrid sobre el fin de ETA. Resta valor al papel que en todo este proceso pueda desempeñar el lehendakari Patxi López y advierte de que el Ejecutivo español no variará su estrategia pese a las presiones. "Por mucha violencia callejera que haya, el Gobierno español no se va a salir del guión que tiene fijado", enfatiza el integrante del PP vasco.
¿Cree que la muerte de Iñigo Cabacas ha sido fruto de una negligencia de la Ertzaintza?
Yo no puedo valorar si hubo negligencia o no, para eso hay una investigación abierta por parte del consejero de Interior. Lo más prudente es esperar al resultado. Ha sido un accidente desgraciado, un suceso trágico y aprovecho la ocasión para trasladar mis condolencias a los padres de Iñigo, como a sus familiares y amigos.
¿Rodolfo Ares ha actuado de manera eficiente? ¿Qué le parecen sus explicaciones?
Me quedo con la disposición del consejero a investigar hasta las últimas consecuencias para depurar las responsabilidades, si es que ha habido algún tipo de actuación incorrecta.
Ahora se van a reemplazar las escopetas lanzapelotas, ¿por qué siempre se actúa después de que ocurra una desgracia?
Bueno, como en otras muchas circunstancias en la vida. Al final se va aprendiendo de los errores. Ahora se ha podido constatar que quizá este tipo de material no es el más adecuado en determinadas circunstancias y que, sobre todo, tienen que utilizarlo personas que estén familiarizadas con él. Hay que aprender de los errores y también de la mala suerte.
La izquierda abertzale ha relacionado este trágico suceso con el conflicto vasco. ¿Qué le parece?
Es vergonzoso que desde el minuto uno hayan estado achacando a la Ertzaintza una actitud que no es en absoluto la que tenían los agentes que participaron en ese dispositivo. Ellos van a continuar demonizando a la Ertzaintza y considerándola una Policía ajena que trabaja al servicio de unos intereses que no tienen que ver con los que ellos defienden.
¿La muerte de Iñigo Cabacas puede alimentar el hostigamiento de los radicales hacia la Ertzaintza?
No sé si eso ocurrirá. Yo me quedo con la actitud de los familiares y de los amigos de Iñigo, que en el homenaje acallaron a quienes trataban de instrumentalizar el accidente. Espero que se imponga la cordura en el próximo partido en San Mamés y que los aficionados del Athletic sepan apaciguar esta situación.
¿Las Fuerzas de Seguridad tienen que adaptarse al nuevo tiempo político abierto en Euskadi?
No creo que haya que adaptarse a un nuevo tiempo, si es que lo hay. Tienen que seguir con la guardia alta hasta que se produzca la disolución de ETA.
Hay un gran sector de la sociedad vasca que no está cómodo con la presencia de la Guardia Civil y la Policía española. ¿Va a haber una reducción a corto plazo del número de agentes?
Creo que el trabajo que hace la Guardia Civil y la Policía es complementario al de la Ertzaintza. El número de agentes es adecuado para las funciones que desarrollan y, en todo caso, más que plantear la reducción de agentes, lo que la sociedad vasca tiene con las Fuerzas de Seguridad es una deuda de gratitud por el trabajo que han desarrollado en defensa de la libertad.
¿En la época de recortes en la que nos encontramos, no sería factible ahorrar reduciendo agentes de las FSE en Euskadi? La posible disolución de ETA puede hacer que sobren efectivos.
Vamos a ver si se produce el anuncio de la disolución de ETA o si tenemos que seguir forzando que se realice ese anuncio. Si ETA desaparece, el Ministerio decidirá si el número de agentes es el adecuado o procede alguna revisión. Pero en la actualidad, con la situación que tenemos sobre la mesa, yo no veo en absoluto necesario contemplar ninguna modificación.
Se acaba de conocer el nombre de los nuevos interlocutores del Colectivo de Presos de ETA. Han ofrecido su mano tendida para el diálogo a Madrid y París.
El Gobierno lo que tiene que hacer es lo que ha hecho hasta la fecha, que es cumplir la ley y el Código Penal. Si los presos de ETA creen que su situación no es la adecuada y pretenden algo distinto, ya saben cuáles son los mecanismos para acogerse y acceder a los beneficios penitenciarios de los que disfrutan el resto de reclusos.
Algunos han interpretado que los nuevos portavoces del EPPK son más proclives al diálogo y a las tesis que defiende la izquierda abertzale. ¿Lo interpreta así?
Me importa poco quiénes son los portavoces. Vuelvo a insistir, el Gobierno no necesita ningún tipo de interlocución con los presos de ETA, la interlocución con la administración penitenciaria, en todo caso, tiene que ser a nivel individual con cada preso. Es irrelevante quiénes hayan elegido los presos, porque no va a haber una interlocución como colectivo. No importa si son duros o blandos.
¿Si ETA se disuelve el Gobierno español dialogará con sus dirigentes, aunque sea exclusivamente para fijar la entrega de armas?
No hay absolutamente nada que hablar con una banda terrorista. Si la banda quiere disolverse ya sabe lo que tiene que hacer. No hay que tener ningún tipo de interlocución, ni para eso que algunos llaman cuestiones técnicas.
¿Cree que se puede hablar ya de la organización armada en pasado?
Ni la propia banda terrorista habla de ella en pasado. Pretenden mantenerse duros como un elemento de presión en relación con el curso que debe seguir lo que ellos llaman el proceso, pero no estamos en ninguna conversación con la banda.
¿A qué se debe el rebrote de kale borroka? ¿Estaba organizado?
Imagino que hay un debate en el propio mundo de Batasuna, gente que apuesta más por las vías políticas y otros que no están conformes, que siguen considerando que la violencia es un elemento válido para la consecución de objetivos políticos. Es una manera de presionar al Gobierno de España para que dé pasos en la dirección que quiere la banda. Por mucha violencia callejera que haya, el Gobierno no se va a salir del guión que tiene fijado.
¿La crisis económica le está viniendo bien al presidente español para que el caso vasco pase desapercibido por el momento?
No se puede hacer ese tipo de afirmaciones. La situación económica es un quebradero de cabeza para el Gobierno y una obsesión para impulsar las medidas necesarias para cumplir los objetivos de déficit a los que estamos obligados.
¿Cree que Mariano Rajoy va a buscar el apoyo del PNV para certificar la paz? Parece que su sintonía con Iñigo Urkullu es buena.
Cuanta más sintonía tenga el presidente Rajoy, no sólo con el PNV sino con los demás partidos, mejor. Tanto en el tema de la pacificación y del final de la violencia, como con las medidas para salir de la crisis económica. Si podemos obtener la complicidad y el apoyo del PNV para recorrer este camino de la mano, mejor que mejor.
¿Usted es partidario de que Arnaldo Otegi salga en libertad?
En este momento, Arnaldo Otegi está cumpliendo una condena de prisión por formar parte de ETA en grado de dirigente. Hay que ser respetuosos con los tribunales de justicia y acataremos lo que decida el Tribunal Supremo.
¿Harán lo mismo con el fallo sobre la legalización o no de Sortu?
Evidentemente. Lo mismo que con la doctrina Parot.
Aquí discrepa con el lehendakari Patxi López...
Es su opinión, es respetable, pero no coincido con él. La verdad es que no estuvo muy acertado.
¿Qué le parece el papel de López en el proceso de normalización?
Lo que está haciendo el lehendakari, supongo que lo hará con la mejor de las voluntades. Pero creo que no tiene un papel muy importante que jugar. Puede ayudar, pero el que tiene la mayor responsabilidad es el presidente y el Gobierno de España.
¿Qué busca el ministro del Interior con la reforma del Código Penal en los casos de algaradas callejeras? ¿No es la vuelta al pasado?
El objetivo de la reforma es prevenir las algaradas que se están registrando de forma habitual, y si se producen, al menos que a quienes han participado en ellas no les salga gratis. La imagen que se está dando de España en el mundo no es la más adecuada para generar confianza. Hemos sido en dos ocasiones portada en el New York Times y en el Washington Post con motivo de algaradas sucedidas en Barcelona, creo que hay que evitar ese tipo de fotografías.
¿No es una exageración? Es como si alguien lee que en una ciudad de Estados Unidos ha habido un tiroteo y piensa que todos van pegando tiros por las calles...
Pero internacionalmente, cuando estamos intentando generar confianza en los mercados, exportar este tipo de noticias no es bueno.
¿El Gobierno de Rajoy busca preparar el terreno para las posibles protestas que le puedan llegar?
No tememos nada especialmente.